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Al Manchester United le supo a bien un empate sin goles en Old Trafford. Tal cual, un resultado que atenta contra la historia de los Diablos Rojos fue recibido con tan buen talante por Mourinho como con indiferencia por una afición cada vez más alejada de un entrenador incapaz de trasladar criterio a sus jugadores. Desordenado hasta la exasperación, el equipo inglés se aleja a pasos agigantados de una personalidad que siempre, incluso en sus peores momentos en los años precedentes, fue signo innegociable. El Valencia, serio y atrevido, le plantó cara y provocó que el equipo de Mourinho enlazase su cuarto partido oficial sin conocer la victoria. Cierto es que el United pudo ganar, pero también pudo perder ante un rival mejor organizado, más unido y siempre atento en defensa y bien posicionado en el centro del campo. De tener Basthuayi mayor acierto en el remate y Rodrigo criterio, el equipo de Marcelino perfectamente habría dado el golpe ante un rival víctima del caos, desorganizado e impotente en todos los órdenes. Mourinho, al acabar el partido y tras saludarse fríamente con Marcelino, apenas giro hacia un graderío ya semivacío que ni se dignó a despedir a los suyos como acostumbra y que no da ya sensación de estar al lado de un entrenador en el que no cree. “Mou”, quien mantiene a duras penas el talante en la sala de prensa, ha perdido todo el orden en el terreno de juego y su equipo ya hace de la marrullería una razón de ser más trascendente que del propio futbol que se le debería exigir. Mediada la primera parte, los tobillos de Guedes fueron perseguidos con ansia a la vez que Pogba permanecía inactivo, Lukaku no era más que una isla perdida y Rashford se peleaba contra todo. De Alexis, enrevesado sin ton ni son, no había casi ni noticias. No parece, a corto plazo, que el puesto del entrenador portugués esté en peligro. En Europa, de hecho, tiene en dos jornadas bien encaminada su clasificación, a no ser que se derrumbe más allá de los dos partidos que deben enfrentarle a la Juventus, pero viendo el rendimiento del Manchester United, no hay ninguna sensación que invite al optimismo.
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