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Es juguetón el destino muchas veces. El Atlético de Madrid tiene un largo historial de quejas por fallos arbitrales que le han llegado a costar muy caras. Quizás la más recordada fue la que permitió un gol en fuera de juego de Sergio Ramos en la final de Champions League en Milan en 2016, la cual acabaría por decidirse en penaltis a favor de los blancos tras el empate de Yannick Carrasco. Al club se le conoció durante muchos años como “el pupas”, porque ciertamente parecía que todo lo malo les ocurría a ellos. Lesiones en los momentos más complicados, problemas fiscales, fichajes de grandes estrellas frustrados en el último momento, refuerzos que llegaban anunciados a bombo y platillo y acababan por dejar el club sin haber hecho mucho más que cobrar su sueldo, y un largo etcétera de calamidades que - poco a poco - fueron sumiendo a la entidad en una terrible pesadumbre de la que fue muy difícil resurgir. Pero lo consiguieron. Mucho tuvo que ver la figura de Diego Simeone, quien aterrizó en Madrid hace ahora poco más de siete años como apagafuegos de emergencia, y que ha conseguido en este tiempo borrar de la mente de los aficionados atléticos la leyenda negra de penurias que se vivieron en el club. Por eso cuando los del Cholo ganaron al 1-0 este fin de semana al Levante con un penalti muy controversial, aunque confirmado por el uso del VAR, muchos aficionados rojiblancos debieron exclamar: “¡Ya era hora!”. La jugada levanta muchas dudas, sobre todo por un cambio en la aplicación de la regla recogida en la última circular transmitida por el Comité Técnico de Árbitros a todos los clubes. La mano del jugador levantinista Vukcevic está apoyada en el suelo y el balón viaja en su dirección, pero justo antes de que el balón choque contra ella, el montenegrino la levanta, como intentando evitar dicho choque, y es justo ahí cuando ocurre el contacto. Sin duda es una jugada de interpretación, justo en las que no se puede contar demasiado con la ayuda del VAR, a menos que el propio árbitro central lo pida. En este caso, incluso tras la revisión por video, el penalti se dio como válido y Griezmann lo anotó, dando así los tres puntos al equipo rojiblanco. La controversia se armó después, pues la mayoría de periodistas, medios, y ex colegiados con micrófono aseguran que el penalti no lo es tal, por lo que podemos asumir que en este caso el error de dos árbitros (el central y el del VAR) ayudaron al Atlético de Madrid. Dos días después del encuentro, Carlos Velasco Carballo, ex árbitro internacional y ahora el encargado de la implementación del VAR en La Liga española, daba una conferencia de prensa donde se revisaban varias jugadas que han causado polémica en la primera vuelta del campeonato, justamente por la actuación o no del VAR. La estadística habla de que el margen de error en las jugadas de penalti fue de 1.76%, y por lo entendido hasta el momento por el pulso general, en ese inocuo margen entra el penalti que le dio los tres puntos al Atlético de Madrid contra el Levante. Lo irónico de esta situación es que este error a favor del Atlético de Madrid llegó en el partido que según Diego Simeone mejor jugó el equipo en lo que va de temporada. Y así fue. Los colchoneros hicieron méritos de sobra para ganar el partido ante un rocoso Levante con holgura, pero la falta de gol del equipo (los últimos 6 tantos del equipo los ha marcado Antoine Griezmann) ayudó a que el desenlace pusiera el foco sobre ese penalti mal pitado. De todas formas, esto es algo que celebrar para la afición colchonera. Si el equipo empieza a funcionar, llega un recambio para la delantera (Álvaro Morata se postula como la mejor opción) que traiga el gol, y encima de vez en cuando algún error arbitral juega a su favor, el Atlético de Madrid podría encontrarse a las puertas de cerrar un año espectacular. Y no podemos olvidar que hay una fecha marcada en rojo en los calendarios de todos los atléticos: 1 de junio, final de la Champions League en el estadio Wanda Metropolitano.
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