<
>

Girona-Barça: El partido que se quiso jugar en Miami

BARCELONA -- A media mañana en Florida, primera hora todavía en la Costa Oeste de Estados Unidos, rueda el balón en Montilivi. El Girona-Barça, publicitado en su día a disputar en el Hard Rock Stadium de Miami, se juega en Cataluña, en el pequeño estadio del club rojiblanco y donde acuden cerca de 14 mil espectadores. Muchos menos de los 65 mil aventurados si la idea de Javier Tebas hubiera salido adelante.

El partido acaba por jugarse a casi cinco mil millas del emplazamiento que en su día anunció Tebas, después de firmar un acuerdo con la empresa estadounidense Relevent que abarca los próximos 15 años y que siendo el motor de la expansión ya indisimulada de la Liga aspiraba, aún lo hace, a convertir el campeonato español en el más seguido del mundo. Y a multiplicar sus ingresos.

“Me apuesto el sueldo a que se jugará en Miami” proclamó el presidente de la Liga, cuando empezaba a quedarse solo contra todos, con el propio gobierno español desmarcándose en cuanto creció la sospecha de que el partido fuera utilizado por actores independentistas catalanes para dar eco a su proyecto político que quiere separarse de España.

“¿Se piensan que los 20 mil que gritan en el Camp Nou alquilarán cruceros a Miami?” se preguntó en tono jocoso el mismo Tebas, que encontró en el Girona a un perfecto aliado, disfrutó de la silenciosa condescendencia del Barça… Pero chocó contra demasiados actores. Con el Real Madrid liderando entre bambalinas la opinión contraria.

Dio igual que la misma federación que puso el grito en el cielo por considerar que el traslado del Girona-Barça a Estados Unidos “vulnera la igualdad de la Liga y atenta contra los aficionados españoles” (en palabras de Rubiales), se llevase a Marruecos la Supercopa de España o que el presidente del Real Madrid ofreciera el Bernabéu para la final de la Copa Libertadores o que Tebas asegurase que ese acuerdo convertiría a la Liga en “la mejor Liga del mundo”… Al proyecto le crecieron demasiados enemigos para sobrevivir. Al menos este año.

El Barça se desmarcó de la idea cuando entendió que el partido estaba, esta temporada al menos, muerto; el Girona, que calculó unos beneficios cercanos a los 3 millones de dólares, mantuvo y mantiene su disposición a ser protagonista de la aventura y al presidente de la Liga se suma el máximo representante de Mediapro, Jaume Roures, que apuntó directamente al Real Madrid como uno de los responsables del fracaso.

“Quienes pusieron el grito en el cielo por este proyecto son los mismos que se llevaron la Copa Libertadores a Madrid. No trataba de desarrollar el fútbol, sino de tocar las narices” explicó Roures, quien a su vez es miembro del consejo asesor del Girona y que fue quien trasladó a Tebas la idea de elegir el partido entre los dos clubs catalanes como inmejorable banco de pruebas.

APLAZAR, NO ANULAR

La Federación Española de Fútbol se sintió engañada y, apoyada por el sindicato de futbolistas y con el manto de la FIFA, fue arrinconando el partido, que a medida que transcurrían las semanas parecía obvio acabaría por disputarse en Girona y no en Miami… Pero la historia no ha terminado.

El acuerdo entre LaLiga y Relevent está aparcado, para nada anulado, y Tebas entiende que la idea prosperará a partir de la próxima temporada. Durante los últimos meses el presidente de la patronal y sus más íntimos colaboradores no han cesado en su trabajo de seducción a los clubs de la Primera División, trasladándoles el impacto que tendría directamente para sus economías.