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Frustración merengue: El Madrid no pudo con el Barça ni jugando mejor

En cuanto cayó el tercer tanto del Barcelona al minuto 73 del encuentro, un tiro penal de Luis Suárez, el Santiago Bernabéu se empezó a vaciar. La afición del Real Madrid ya ha visto demasiadas veces la película. Una humillación en pleno clásico del futbol español que esta vez los ha dejado fuera de la competición de Copa del Rey.

Con la goleada por 0-3 sobre el Real Madrid, el conjunto azulgrana selló su pase a la final del torneo gracias a un global de 1-4.

Con el de este miércoles ya son cinco clásicos consecutivos en que el Real Madrid no consigue hacerse con la victoria, desde agosto de 2017, cuando se adjudicó la Supercopa de España gracias a dos triunfos, por 1-3 y 2-0.

Desde entonces, dos empates y tres derrotas. Cuatro goles marcados por 14 encajados. Dos títulos de Liga a los que el Madrid ha tenido que decir adiós antes de tiempo y que han ido a parar a manos del rival (y que podrían ser tres a finales de temporada). Un ‘sueño’ truncado de llegar a su primer final de Copa en cinco años.

Y lo más doloroso para los merengues: son ya cuatro derrotas en los últimos cinco clásicos en el Santiago Bernabéu.

Real Madrid no pudo con el Barcelona ni jugando mejor.

Le falta lo que hasta hace seis meses le sobraba. “Pegada”. Un delantero efectivo, más que uno desequilibrante, pues eso ya lo tiene en Vinicius y Benzema.

Fue una goleada amarga para los blancos cuando habían hecho más que el rival por redondear su buena actuación en el Camp Nou para sacar un empate por 1-1 tres semanas atrás.

El plan era simple: anular a Messi y bombardear a Ter Stegen. Pero tenía un fallo enorme, pues no tomaba en cuenta la velocidad culé por las bandas y la efectividad de Luis Suárez. Peor aún; no tomó en cuenta la falta de su propia delantera.

Madrid tuvo al menos una veintena de llegadas. Registró 14 disparos, pero sólo cuatro de ellos a puerta.

Vinicius Júnior se cansó de probar tan sólo para errar el tiro, algo que empieza a ser un problema recurrente y que el técnico Santiago Solari continúa explicando como producto de su juventud.

“Es un chico de 18 años y todavía tiene tiempo para aprender mucho”, repitió Santiago Solari ante las cámaras de televisión tras el encuentro, aunque esta vez tuvo que reconocer que necesita mejorar. Y mejorar “entrenando” más que esperar a que el fruto madure.

“Es algo que se puede mejorar con el paso del tiempo, con madurez y entrenándose, evidentemente. Sobre todo, entrenándose y en los partidos”, afirmó en rueda de prensa tras el encuentro.

Lo más angustiante para el Real Madrid es que el “chico de sólo 18 años” es hoy el jugador que carga con la responsabilidad de crear ocasiones y el más desequilibrante del equipo.

Vinicius registró seis disparos durante el encuentro. Solo uno de ellos a puerta.

En cambio, Barcelona tuvo apenas cuatro intentos en todo el partido. Messi no disparó una sola vez. Tampoco Dembélé, que en cambio se fue con dos asistencias.

Después está Luis Suárez en su versión más eficaz. Dos disparos, dos goles.

La frustración en el conjunto merengue era notoria, pero más en los aficionados, que ya han empezado a mostrar descontento con el entrenador.

“Solari, vete ya”, gritaba un nutrido grupo de aficionados al abandonar el estadio.

El entrenador argentino apenas ha dirigido 29 partidos con un saldo de 21 victorias, dos empates y sólo seis derrotas con 66 goles a favor y 31 en contra. Pero ha perdido el que no debía a ojos del aficionado promedio: un clásico, en casa, y en una semifinal de Copa.

Fuera de la contienda en el torneo copero, y a nueve puntos de distancia del líder en la Liga, a Solari solo le queda una carta que jugarse. La Champions.

Solo así logrará mantenerse en el cargo y evitar que Madrid cierre la campaña en blanco.