Al Real Madrid se le complica jugar “por nada” y todavía le quedan siete partidos de tortura en la Liga. Zinedine Zidane ya no sabe qué más hacer para que sus jugadores entiendan que deben sacar el 'orgullo' y ganar aunque sea mero formalismo por terminar bien la temporada.
Según reveló el defensa Sergio Reguilón, quien tuvo su primer oportunidad como titular desde el cambio de mando, el entrenador tuvo que “decir cuatro cosas bien dichas” en el vestidor al medio tiempo del encuentro de éste sábado frente al Eibar para “hacerles cambiar el chip” y evitar una catástrofe luego de que terminaran el primer tiempo 0-1 debajo en el marcador.
“El entrenador es muy importante también en los momentos complicados. Lo bueno es que hemos tenido una reacción al final. Están en el campo y tienen también orgullo y lo sacaron. Han demostrado que corriendo juntos, peleando juntos, se pueden sacar cosas.
Había que cambiar nuestros segundos 45 minutos porque no se podía seguir como la primera parte”, reconoció Zidane en rueda de prensa tras el encuentro en que, en gran medida gracias a la voluntad y eficiencia de Karim Benzema su equipo pudo remontar para sacar una victoria por 2-1.
Zidane argumentó la “falta de confianza” en la primera mitad en que su equipo apenas tuvo cuatro intentos y solo un disparo a puerta y encajó un gol en la única llegada del rival fue el mayor problema a resolver; pero no el único.
El técnico ha dejado ver que le cuesta, incluso, hacer que sus hombres se ayuden y “jueguen como equipo”.
“La primera parte nos ha faltado confianza, sobre todo en el inicio que ha sido muy, muy complicado, pero al final hay que felicitar a los jugadores porque la segunda parte la cambiaron ellos. Se juntaron, se ayudaron mucho en el campo.
Nos falta confianza, claramente. La primera parte fue eso. Yo cuando veo a mis jugadores no intentar jugar, algo nos ha pasado en la primera parte, pero me quedo con lo positivo y yo lo decía de todas formas de esta situación vamos a salir poco a poco. Insistiendo en trabajar más”, dijo Zidane.
“Esta temporada no vamos a ganar nada. En nuestra cabeza ya está, pero jugar por nada es complicado. No lo digo para decir que vamos a dejar de pelear, no. Por eso me alegra que la segunda parte la sacaran adelante, pero pensando en que los siete partidos que quedan hasta el final vamos a tener que pelear como equipo”, reiteró.
Y es que para el entrenador, lo que más difícil ha resultado tras su regreso al equipo en marzo pasado, ha sido hacerles llevadero el momento “complicado” por el que atraviesan sabiéndose fuera de toda contienda.
Al respecto, ha insinuado que los rumores que rodean al equipo merengue – tanto de llegadas como salidas – así como las rechiflas a algunos jugadores, como Gareth Bale, “no ayudan” a mejorar la situación.
“Es un momento complicado; la situación no es fácil porque admeás lo de fuera no ayuda nada, pero hay que aceptarlo. Los jugadores tienen que salir de esto con el entrenador y el staff técnico. Es una situación en que no hay que buscar excusas”, dijo.