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El Real Madrid cumple un año sin Cristiano Ronaldo

MADRID -- Hace un año Cristiano Ronaldo cumplió con su amenaza. El 10 de julio de 2018, la Juventus anunció oficialmente el fichaje del que había sido la máxima estrella merengue durante una década.

En ese instante el Real Madrid terminó de desmoronarse. El temor que se había apoderado del madridismo hacía más de un mes; desde que el luso se plantó en el césped del estadio olímpico de Kiev convirtiendo la fiesta de la ‘Décimotercera’ en una pesadilla.

“Ha sido bonito estar en el Real Madrid”, dijo el 7, cimbrando Madrid.

El Real Madrid levantaba su tercera Champions League consecutiva tras vencer al Liverpool (3-1), pero una nube negra se instalaba sobre el Santiago Bernabéu. Su amenaza desencadenó esa serie de “infortunios” que acabaron por dinamitar la temporada entera. Zinedine Zidane, que se tomó en serio la amenaza, vio venir la catástrofe. Cuatro días después presentaba su renuncia argumentando que tenía la “sensación que no voy a ganar”.

Tenía razón. No ganó. Ni él, tras su igualmente sorpresiva vuelta, ni sus dos sucesores/antecesores.

La papa caliente cayó en las manos de Julen Lopetegui a falta de más candidatos disponibles. Su llegada generó fricción por todos lados. Con la Federación Española, que no soportó la afrenta y lo despidió antes de que pudiera dirigir el Mundial, y con el propio Cristiano.

Lopetegui también vio venir el problema. Lo resumió su padre con toda claridad. “A mi hijo le robaron 50 goles”, llegó a decir en una entrevista con un diario español. Lopetegui hizo lo que pudo con lo poco que tenía. Duró 14 partidos.

Porque el Real Madrid prefirió sacar pecho y hacer acopio de orgullo antes de enfrentar esa realidad. El club decidió que no necesitaba a Cristiano para sacar la temporada adelante. Al fin y al cabo, presumía de tener a “ocho candidatos al Balón de Oro” en su plantel, incluido al polémico ganador, Luka Modric.

Tenía gol en Karim Benzema y en Gareth Bale. Potencialmente, también en Marco Asensio (que quedó a deber). Tenía la fe puesta en un juvenil, recién llegado a Europa, Vinicius Júnior. No era suficiente. Real Madrid olvidó que sin Cristiano no había desequilibrio. No había elemento de sorpresa. Ni energía de unión para sostener a todas sus piezas en armonía.

Lopetegui fue la primera 'víctima' de la catástrofe. La segunda, Santiago Solari, que tampoco pudo sacar al equipo del atolladero. Y mientras más se hundía el Madrid, las miradas empezaban a enfocar a la distancia, hacia Turín. Las voces oficialistas insistían en que no era ese el origen del problema aunque la temporada diera un giro aún más absurdo cuando la directiva tuvo que ir en busca de lo único que estaba a su alcance entre lo que había perdido. Zidane.

Pero ni el francés pudo sacar al equipo adelante. El vacío que había dejado Cristiano era imposible de maquillar. Por primera vez en casi una década, el Madrid cayó en octavos de final de la Champions League; también quedó fuera de la carrera por la Copa del Rey y registró sus peores números en décadas en la Liga, en la que acabó en la tercera posición, a 19 puntos del campeón, con apenas 63 goles a favor y 46 en contra.

Al Real Madrid le tomó todo un año para el olvidó, pero lo comprendió. Tenía que iniciar una nueva “era” con un crack a la cabeza y por fin abrió la cartera para traer a una de las estrellas con mayor proyección en el mundo. Eden Hazard.

Su llegada ha generado expectación; pero no ha sido, ni remotamente, la que en su día despertó Cristiano Ronaldo.

A la presentación de Hazard acudieron 50 mil aficionados ávidos de una nueva estrella con la que identificarse. Cristiano, en julio de 2009, llenó el Santiago Bernabéu. Cerca de 90 mil personas acudieron a su presentación.

Pasarán años antes de que la casa blanca vuelva a ver algo así. Y muchos más para que alguien haga sombra a su legado: 450 goles en 438 partidos que contribuyeron a la conquista de 4 títulos de Champions, dos Ligas, dos Copas del Rey, 3 Supercopas de Europa, 3 Mundiales de clubes, y decenas de récords más.