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Confía en las expectativas: Matthijs de Ligt y Frenkie de Jong son futuras estrellas

Uno puede esperar durante años poder ver cierta clase de jugador talentoso. Entonces, dos grandes futbolistas surgen de forma simultánea.

Esa es la sensación actual entre los hinchas del balompié holandés y los evaluadores de talento de clubes como el Barcelona y el Manchester City, que se han convertido en asistentes regulares a la Arena Johan Cruijff, donde juega el Ajax de Ámsterdam.

Matthijs de Ligt, defensa central del Ajax, parecía un hombre entre niños cuando se enfrentó al Manchester United en la final de la Europa League, cuando tenía 17 años. Ahora, a sus 19, se ha convertido en capitán del Ajax y opción automática para ser convocado a la selección holandesa. Su compañero Frenkie de Jong, de 21 años, consiguió recientemente su primera titularidad internacional, en su visita a la selección francesa.

Se destacó al superar en varias ocasiones a Antoine Griezmann en el mediocampo (en ocasiones, cuando De Jong asume alguno de los absurdos riesgos en la cancha, se puede ver cuando ríe mientras sigue en posesión del balón). Ambos se mostraron excelentes en la hermosa paliza propinada a Francia 2-0 en la UEFA Nations League.

Ambos jóvenes han aportado a la resurgencia del Ajax, que este mes bien podría clasificar a las rondas definitorias de la Champions League por primera ocasión desde 2003 mientras que la Oranje, que venció a Alemania 3-0 en la Nations League el mes pasado y jugará el partido de vuelta en Gelsenkirchen el 19 de noviembre. A pesar de ello, muchos aficionados extranjeros al fútbol aún no han oído hablar de alguno de ellos. Eso debería cambiar el próximo verano, cuando se estima que ambos ya formarán parte de grandes clubes.

De Jong nació en 1997 en la villa de Arkel, en el sur de Holanda, bautizado por la banda británica de los años 80 Frankie Goes to Hollywood. Su familia es apasionada por el fútbol (su abuelo tiene un silbato de árbitro esculpido en su lápida) y el niño creció jugando por las calles de su villa, a veces con un balón de tamaño pequeño, tal como lo recomendaba Cruyff, padre del fútbol holandés.

Desde los ocho años, pasó una década en la academia del club profesional local Willem II, un niño pequeño con melena rubia que corría con el balón desde el mediocampo central. Frecuentemente terminaba frustrando a sus entrenadores. Cuando se incorporó al primer equipo del Willem II, el técnico Jurgen Streppel, devoto de la pasión y trabajo duro, le gritaba. A De Jong no le importaba. Estaba dedicado en cuerpo y alma al balompié (“Creo que fui el último adolescente en instalar WhatsApp”, afirma). Sin embargo, insistía en jugar a su modo.

Marc Overmars, quien fue en una ocasión jugador del Willem II y es ahora director técnico del Ajax, se atribuye su descubrimiento. A los 18 años, De Jong se mudó a Amsterdam por €300.000. En aquel entonces ya había crecido hasta alcanzar los 6 pies de estatura, pero seguía frustrando a sus entrenadores. El dogma en el Ajax hasta hace muy poco era “jugar de forma simple”: con uno o dos toques a lo sumo y mantener la posesión del balón.

No obstante, tal como De Jong comentó a la revista holandesa Voetbal International: “Mi calidad radica en mi intuición. No puedo ignorarla, ¿o sí? Entonces, sería uno de mil jugadores de mi edad. A menudo, digo que entiendo al técnico y termino haciendo lo mío en la cancha”. Y lo suyo era driblar y hacer pases de alto riesgo.

Incluso, tras su préstamo al Willem II, tenía dificultades en conseguir su juego. Peter Bosz, entrenador del sumamente joven Ajax que llegó a la final de la Europa League, dice: “Todos podían ver que era capaz de jugar al fútbol, pero cuando perdíamos la posesión, a veces pensaba que caminaba demasiado”. De Jong apareció como suplente durante los últimos tramos de la final de la Europa League.

El camino de De Ligt a la cima fue mucho más veloz. Apenas contaba con ocho años cuando su club local en Abcoude, a las afueras de Ámsterdam, le alertó al Ajax sobre él. Al inicio, el Ajax pensó que era demasiado lento y fuera de forma. Sin embargo, un scout tuvo calma con respecto a su contextura corporal futura cuando vio al esbelto padre de De Light presenciando el juego de su hijo, según recuerda el periodista holandés de fútbol Henk Spaan.

De Ligt llegó al primer equipo del Ajax a los 16 años, una edad absurdamente joven para un defensa central. En cuestión de semanas, estaba colocando al resto de los defensas en posición. Igualmente, demostró un drible sorprendentemente ligero desde la zaga, con un pase bastante preciso con ambos pies y la predilección por meterse en las esquinas.

Su apodo actual dentro del equipo es el de “gordito”, lo cual es algo cruel: el rostro de bebé que tenía hace un par de años ya ha mostrado signos de madurez. Su cuerpo no es completamente ideal: si bien tiene 6 pies, 2 pulgadas de estatura y tiene la contextura del portero de discoteca, cuenta con un torso largo y piernas relativamente cortas, lo cual limita su velocidad de cierta forma. (Un defensa fornido, en la jerga del futbol holandés, parece que corriera “sobre los rieles de un tranvía”).

A pesar de ello, De Ligt lo compensa con su perfeccionismo. Lejos de dejarse llevar por la fama conseguida a tan corta edad, siempre está analizando y trabajando sus puntos débiles. Durante sus primeros meses como profesional, en ocasiones era sorprendido fuera de posición. Su punto más bajo llegó en marzo de 2017, cuando debutó con la selección de Holanda en un partido crucial en las eliminatorias mundialistas, disputado en Bulgaria. Los búlgaros tenían como objetivo al jovencito de 17 años cada vez que tomaba control del balón, obligándolo a cometer errores y así se impusieron 2-0. El técnico Danny Blind, quien había apostado por De Ligt, fue cesantado después del cotejo y los Países Bajos quedaron eliminados del Mundial 2018.

Esa experiencia habría traumatizado a muchos adolescentes. Por el contrario, De Ligt admitió públicamente sus errores, aprendió y siguió adelante. Su posicionamiento mejoró mes a mes. Líder natural, se hizo capitán del Ajax a los dieciocho años. Su primer agente, Barry Hulshoff, se veía constantemente revisando el plan de carrera que ambos habían diseñado juntos ya que De Ligt cumplía sus metas con años de adelanto. El exjugador del Ajax Ronald de Boer se maravilla con la actuación del joven: “Parece que tuviera 30 años”.

En diciembre pasado, De Ligt se hizo con un nuevo socio en la defensa central del Ajax: De Jong, quien a sus 20 años finalmente se convertía en miembro del primer equipo. Todos saben que De Jong no es realmente zaguero, pero había aprendido a asumir su labor. Bosz indica: “Intercepta balones, se encuentra constantemente en movimiento y eso lo combina con su maravilloso juego con el balón”. Sobre todo, De Jong poseía un don para driblar desde la defensa central, casi digno de Franz Beckenbauer. Si perdía el balón en una posición de peligro, De Ligt se encontraba ahí para recuperarlo.

Pero el trabajo de De Jong como defensa terminó tras haber caído apabullados 3-0 a manos del PSV Eindhoven en septiembre pasado (cuando De Ligt estaba fuera de acción, recuperándose de una lesión). Ahora juega desde la parte trasera del mediocampo. Los oponentes regularmente sacrifican a uno de los suyos para seguirle el rastro.

Si bien De Ligt es una clase reconocible de jugador (el nuevo Jaap Stam), De Jong es único. Ha cambiado la forma de la cancha holandesa. Durante años, el juego holandés había sido horizontal, obsesionado con la posesión, especializándose en balones lentos que sus rivales interceptaban con gusto. De Jong ha hecho que el fútbol holandés sea nuevamente vertical. Con el Ajax, puede hacer fácilmente más de 100 toques por partido, ya que sus compañeros le dan automáticamente el balón.

La recibe en movimiento, crea espacios al hacer virar a quien lo marca y corre subiendo el balón, cabeza en alto, siempre mirando hacia adelante. Eljero Elia, exjugador de la selección holandesa, dice: “Hace cosas que usualmente ves por parte de un extremo izquierdo, pero desde el medio campo: dribla, se mete frente a su oponente en el momento preciso, mantiene el balón a sus pies lo suficiente como para crear situaciones en las cuales superas a los rivales. Nunca he visto a alguien que juegue como Frenkie de Jong”.

Hizo su debut con Holanda como suplente contra Perú en septiembre pasado, en un partido que, coincidentemente, fue el compromiso internacional final para el último gran jugador vertical holandés, Wesley Sneijder. Al final de la noche, De Jong se había hecho irremplazable en su selección nacional. Ahora es el encargado de la creación de la Oranje en la mayoría de sus jugadas.

El próximo paso para De Jong y De Ligt será dar el salto al extranjero. Ambos han preservado su alegre tranquilidad y los pies firmes sobre la tierra, en medio de las expectativas crecientes. Antes de que De Jong se hiciera titular con el Ajax, parece haber sido ofrecido al Barcelona como heredero natura de Xavi y Andrés Iniesta. Sin embargo, ahora el Manchester City, de acuerdo con informes recientes, estaría tratando de utilizar su músculo financiero y adquirirlo por hasta €80 millones a más tardar en enero próximo. Las cifras que se mencionan dejan perplejos a sus padres.

No obstante, el Ajax, que tendría un cupo garantizado en las fases decisorias de la Champions si el rival Benfica pierde ante el Bayern Múnich el 27 de noviembre, intentará no venderle hasta después del próximo verano.

Mientras tanto, De Ligt terminó con las pocas dudas que aún quedaban, al anular a Robert Lewandowski en el empate 1-1 del Ajax con el Bayern Múnich el mes pasado, en encuentro disputado en Baviera. Recientemente, se hizo cliente del “súper agente” italiano Mino Raiola. Ahora, sus destinos más probables parecen ser el Barça o la Juventus.

Luego de sufrir cuatro años de humillaciones, los aficionados al fútbol holandés están recuperando la emoción y el optimismo.