Fútbol Americano
Alfonso Duro | ESPN Digital 5y

La tacañería de siempre y Cristiano condenan al Atlético Madrid

En Madrid se ve a Diego “El Cholo” Simeone como algo menos que un Dios de la táctica y la motivación, pero lo cierto es que todo lo que tiene de brillante en las distancias cortas, se torna contra él cuando le toca preparar un gran partido o una gesta que podría ser histórica.

La Juventus ha firmado el último capítulo de esta historia negra en la que el Atlético de Madrid se ve a las puertas de la gloria, pero acaba cayendo con estrépito.

Para remarcar queda también el “cómo”. Porque se puede perder, se puede fallar, pero si al menos se intenta o se confía en la calidad de tus jugadores, si se compite, la derrota tiene un pase. En Turín, con 2-0 a favor en el global, Simeone planteó un partido rácano a más no poder, donde el único que dirigió un balón a los tres palos de la portería juventina fue Emre Can con un cabezazo de seguridad hacia su portero en el minuto 88 de partido.

Los colchoneros no salieron replegados ante la Juventus, salieron básicamente incrustados en la portería de Jan Oblak, que poco y nada pudo hacer en los tres goles que anotó Cristiano Ronaldo.

El portugués fue un tormento constante para la defensa rojiblanca y se mostró muy superior ante sus rivales durante los 90 minutos del partido. La Juventus, que lleva años mandando en Italia, fichó a Ronaldo a cambio de 112 millones de dólares el verano pasado justamente para que brillara en noches como esta.

Gracias a su actuación, el equipo bianconeri fue capaz de dar la vuelta ante un siempre rocoso Atlético de Madrid, que además tenía dos goles de ventaja.

Parece mentira pero Ronaldo firmó esta noche su gol número 125 en Champions League. Para poner esto en contexto un dato: En toda su historia en la competición, el Atlético de Madrid sólo ha conseguido 118.

En el debe de Simeone quedará su planteamiento antiestético. Es normal que con una ventaja considerable el equipo salga a regular y controlar tanto el marcador como el cronómetro, pero lo que hizo el técnico argentino no fue más que aglutinar jugadores por detrás del balón y esperar que los gritos de sus hombres duros en defensa lograran aplacar a los jugadores italianos.

No fue así. Más allá de no proponer nada, el Atlético de Madrid por perder perdió hasta los balones divididos. Jugadores como Godín, Giménez, Saúl o Juanfran, que normalmente son capaces de imponer si no juego, sí su gallardía, en el Juventus Stadium se vieron claramente empequeñecidos y dejaron un muy mal sabor de boca ante sus aficionados.

Simeone se mostró totalmente desarmado tras el encuentro, confesando que la Juve fue mejor, sin más. Sin embargo, no fue capaz de reconocer los errores de planteamiento que cometió en el partido clave de la temporada. Tampoco quiso personalizar en la derrota, pero hubo jugadores, como Thomas Lemar, Koke, Juanfran y, sobre todo, Antoine Griezmann, estuvieron muy por debajo de su rendimiento habitual.

Mañana saldrá el sol de nuevo en Madrid y Diego Simeone, recientemente renovado hasta 2022, seguirá haciendo lo que siempre dice que hace: trabajar.

Pero en algún momento, después de tantos años en el banquillo, después de caer en dos finales de la Champions League ante el Real Madrid cuando el título lo tenía en la punta de los dedos, después de ser eliminado año tras año en Europa a pesar de las grandes inversiones en fichajes cada año, y tras un partido infame en Turín, alguien tendrá que plantearse pedirle a Simeone que se responsabilice ante estas situaciones.

Sobre todo, que busque inmediatamente soluciones positivas.

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