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Guardiola no se da por vencido

Pep Guardiola fue tratado como un miembro de la realeza del fútbol cuando llegó a Inglaterra. Manchester City había conseguido a su gran figura, y el éxito parecía estar a la vuelta de la esquina. Contaba con un director técnico cuyo estilo y sofisticación dentro y fuera de la cancha convertirían al City en la envidia de sus rivales.

Para ser justos, el mismo Pep fue el primero en decir que no iba a ser así de simple, al tiempo que otros técnicos --como Jurgen Klopp, del Liverpool-- le advertían que la Premier League suponía un desafío más exigente que la mayoría de las ligas. Man City obviamente arrancó con tanta fuerza que fue posible creer que la revolución sería instantánea. Hasta llegó a perfilarse como el único candidato al título.

Pero diez victorias y una abundancia de goles fueron seguido por seis partidos sin un triunfo -la peor racha de la carrera directiva de Guardiola- y una fuerte sospecha de que no a todos los jugadores les resulta fácil jugar de la manera que él plantea. En el centro de la tormenta está el defensor de £47 millones, John Stones, cuyo club de fans incluye algunos muy buenos jueces como mis colegas Glenn Hoddle y Michael Owen. La clase de Stones está fuera de toda duda y debe florecer en un jugador maravilloso para el club y el país, pero por el momento su toma de decisiones está dando lugar a errores costosos y ha puesto los nervios de punta entre los aficionados del City.

Uno de esos errores, un pase errante hacia atrás, le significó a Southampton un gol de regalo y un punto en el Etihad el último domingo, después de lo cual Guardiola encerró a sus jugadores en el vestuario durante 50 minutos.

"Nos dijo que siguiéramos creyendo en la forma en que estamos tratando de jugar y nosotros confiamos en que vamos por el camino correcto", dijo el creador de jugadas, Kevin De Bruyne.

Esto es una reminiscencia de la historia que Guardiola cuenta de sus primeros días de entrenamiento Barcelona. Los resultados no eran buenos y el joven entrenador estaba preocupado. Entonces, un día Andrés Iniesta metió la cabeza por la puerta para decir: "Simplemente sigue haciendo lo que está haciendo". El resto es historia.

Por supuesto, en el Camp Nou Pep, podía contar con Lionel Messi, Xavi, Iniesta, Sergio Busquets, Gerard Piqué, Javier Mascherano y Dani Alves como sus discípulos en la cancha. La lista de reparto en su siguiente trabajo en Bayern Munich fue casi igual de impresionante, aunque Guardiola nunca pudo capturar el valioso botín de la Champions League.

Él insiste en que su juego de pases desde el fondo no es negociable y les entregó a los periodistas de Manchester una severa reprimenda cuando preguntaron por qué se pegaba a su plan, incluso después del error de Claudio Bravo en el Camp Nou en un partido de Champions la semana pasada : "Debido a que he ganado 21 trofeos así", dijo.

En otras palabras, se cree que los resbalones ocasionales de Stones y Bravo serán más que compensados por un estilo ganador de fútbol basado en el pase, movimiento, haciendo que el terreno de juego sea grande y presionando con fuerza para recuperar la posesión.

Todo esto suena fácil, pero los jugadores del Barça, Bayern y ahora del City dirán que no lo es. Se necesita disciplina, aptitud física y calidad.

¿Qué pasa si los resultados siguen siendo malos y los jugadores tienen dificultades para adaptarse? ¿Guardiola tendrá que terminar ajustando su estilo y sacrificando algunos de sus principios para encontrar una manera de ganar de nuevo? ¿No es eso lo que hacen los mejores entrenadores: Elaborar un mejor patrón para los jugadores disponibles?

Sin embargo, el mensaje de Guardiola es claro: "Voy a jugar de esta manera hasta mi último día como entrenador".

¿Y el goleador previamente intocable, Sergio Aguero, sigue siendo parte de sus planes? Cabe decir que la decisión de dejarlo fuera contra el Barcelona dejó a muchos de nosotros horrorizados, y está claro que no funcionó con el ataque careciendo de un punto focal.

Es demasiado pronto para sacar conclusiones. La reciente caída del City puede ser sólo una fase de transición y, después de todo, todavía está en la parte superior de la tabla, aunque por diferencia de goles.

El problema de Guardiola puede ser que los rivales están bien al tanto de cómo juegan sus equipos y, sin duda, tratarán de presionar a su equipo para que cometa errores mientras busca la construirse desde el fondo. En el pasado, siempre ha encontrado las respuestas gracias a su estilo innovador e inquieto como entrenador.

Por supuesto que cuenta con el apoyo para hacer exactamente eso de nuevo, pero las revoluciones toman tiempo y esta bien podría ser su tarea más difícil debido a los jugadores a su disposición y la calidad de la oposición.

En este momento, las posibilidades que tiene City de ganar el título no se ven mejores que las de Arsenal, Liverpool, Chelsea o Spurs.

Ian Darke, quien relató los partidos para la cadena durante los Mundiales de 2010 y 2014, es la principal voz de fútbol de ESPN en los EE.UU. Síguelo en @IanDarke en Twitter.