Fútbol Americano
Michael Cox 7y

¿Pep Guardiola está haciendo demasiados ajustes en Manchester City?

La derrota del sábado por 3-1 ante Chelsea dejó al técnico de Manchester City, Pep Guardiola, con un ligero problema. Había armado un equipo específicamente para la tarea de lidiar con la formación de 3-4-3 de Chelsea, y la posterior derrota dio lugar a las inevitables críticas. Dicen que Guardiola tiende a hacer demasiados ajustes.

A decir verdad, la derrota del fin de semana fue difícil de analizar. En papel, sin duda fue una derrota aplastante contra los nuevos favoritos al título de la Premier League, pero en realidad no fue tan contundente como podría sugerir el resultado. City dominó el primer tiempo y abrió el tanteador, y probablemente habría cerrado el partido cómodamente si Kevin De Bruyne no se las hubiera ingeniado para errar un gol muy sencillo al principio del segundo tiempo. Pero el posterior colapso fue preocupante.

Cabe recordar que Guardiola solamente ha perdido dos partidos de Premier League hasta ahora. Las dos derrotas --una visitante por 2-0 ante Tottenham y la del sábado contra Chelsea-- eventualmente parecieron resonantes, pero City tuvo un buen rendimiento en los dos partidos, creó muchas ocasiones y cualquier otro día habría conseguido al menos un empate. Con perfil ofensivo hacia el final, quedaron expuestos al contraataque y en los últimos 10 minutos se vieron muy desequilibrados en ambos partidos.

Pero este tipo de resultados no son algo fuera de lo común en el fútbol, y todo equipo puede meter la pata contra clubes peligrosos. Hasta ahora, el verdadero problema ha sido algo diferente: Manchester City perdió puntos innecesarios en tres partidos de local.

Empató a un gol contra Everton, Southampton y Middlesbrough (increíblemente). Estos son los tipos de partidos que Man City necesita ganar de manera convincente y sin demasiadas complicaciones. Y fue en estos partidos que las manipulaciones de Guardiola quizás hayan resultado más dañinas.

El encuentro de Champions League con Celtic a mediados de semana fue otro empate 1-1. En sí mismo, el empate no es importante; el partido no significa nada. Pero son otros dos puntos perdidos y otro sistema confuso de Guardiola, con el joven Tosin Adarabioyo flanqueado por los defensores Gael Clichy y Bacary Sagna en una defensa central de tres hombres, y Pablo Zabaleta en el mediocampo.

La tendencia de Guardiola a hacer constantes modificaciones en sus equipos es relativamente nueva en su carrera. Comenzó a experimentar cada vez más hacia el final de su ejercicio con Barcelona, y si bien siempre intentó presentar formaciones sorpresivas con Bayern, durante su última campaña en Baviera fue más impredecible que nunca. Pero la clave aquí es que ambos equipos siempre tuvieron un Plan A bien definido, un sistema confiable y bien aceitado sobre el cual apoyarse. En parte, eso tuvo mucho que ver con la herencia recibida.

Como Guardiola reconoció durante su ejercicio con Barcelona, él no inventó su filosofía de fútbol, que básicamente data de los días de Rinus Michels a mediados de la década de 1970. El estilo de juego de Guardiola definitivamente estaba presente, basado más que nunca en la posesión, pero el juego de pases ya formaba parte del ADN de Barcelona, sobre todo en los mediocampistas, quienes eran brillantes con la pelota. Sergio Busquets, Xavi Hernández y Andrés Iniesta se desarrollaron en la escuela de Barcelona, y los tres destacaron a Guardiola como una de sus grandes inspiraciones.

En Bayern, las cosas fueron ligeramente diferentes: Era un ambiente desconocido para Guardiola, y ya no contaba con jugadores que comprendieran instintivamente lo que él pedía. Sin embargo, se había producido un cambio significativo en el juego de Bayern algunos años antes, cuando comenzaron a volcarse a la posesión con un sistema comparable al de Guardiola en Barcelona.

La presencia del ex DT de Barça Louis van Gaal facilitó este cambio, además del hecho que varios jugadores de Bayern habían aprendido una lección de sus equivalentes de Barça en el triunfo por 1-0 de España durante la semifinal del Mundial 2010. Jupp Heynckes, quien dirigió entre Van Gaal y Guardiola, era más flexible. Bayern dominaba con sus pases o con contraataques eficaces. Pero en términos generales, Bayern ya funcionaba con la plantilla de Barça, y Guardiola se dedicó a manipular un sistema predeterminado.

La situación de Manchester City es completamente diferente. En el escenario de los superclubes, City es un novato. Tiene una gran historia, triunfos en la FA Cup que datan desde hace cien años, y cuatro títulos de liga. Pero Manchester City no tiene la cultura futbolística de Barcelona o de Bayern, y no tiene un estilo de fútbol predeterminado en su ADN.

Además, los predecesores de Guardiola no construyeron hacia un cambio de mentalidad. A Roberto Mancini le gustaba la posesión, y lo mismo puede decirse de Manuel Pellegrini. Pero ninguno de ellos tuvo un enfoque verdaderamente visionario, y a menudo parecía que los dos presentaban equipos que eran la suma de sus partes, y a veces menos. Las cosas que convierten a buenos equipos en grandes equipos --formaciones fluidas, movimiento coherente, ataque desde abajo y defensa desde arriba-- no estaban presentes.

Además, City se apoyaba demasiado en los individuos. En cierto sentido, con excepción del simple hecho que solían dominar la posesión, eran el polo opuesto de los equipos de Guardiola, y, por lo tanto, éste es como un Año Cero para el español en Manchester City.

A pesar de todos sus trofeos recientes y de su excelente plantel, éste es un equipo que necesita desesperadamente de una identidad propia. Ese es precisamente el motivo por el que contrataron a Guardiola, el técnico más respetado del fútbol europeo y un estricto ideólogo que cree profundamente en su forma de jugar. Aunque esta temporada City ocasionalmente mostró un fútbol que te hacía pensar: "¡Sí! Esa es la influencia de Guardiola", todavía no hay un sistema predeterminado.

¿Un equipo necesita un sistema predeterminado? A juzgar por la historia reciente del fútbol, sí. Los equipos nunca han experimentado más en el sentido táctico, pero resulta difícil encontrar un conjunto verdaderamente excepcional en los últimos años que no haya tenido una formación estándar en determinado momento. El Barcelona de Guardiola fundamentalmente jugaba con una formación de 4-3-3, el Bayern de Heynckes con un sistema de 4-2-3-1, el Borussia Dortmund de Jurgen Klopp con un 4-2-3 y el Bayern de Guardiola con un 4-1-4-1.

Quizás podamos volver más atrás y mencionar el Manchester United de Sir Alex Ferguson durante la época de Cristiano Ronaldo. Cuando rotaba posiciones con Wayne Rooney y Carlos Tévez a la perfección, nunca se sabía cuándo United formaría con un 4-4-2 o con un 4-3-3. Sin embargo, incluso entonces la base de la defensa era la misma.

Cuando empiezas a alternar entre una defensa de cuatro y una defensa de tres, las cosas se complican bastante. La actuación de City el sábado habla de inmadurez. Los jugadores simplemente parecían incómodos en situaciones defensivas básicas, y por eso Guardiola debe asumir su parte de la culpa.

¿Está haciendo demasiadas modificaciones en el equipo? No, pero, ¿no es demasiado pronto para hacerlas? Posiblemente. A pesar de todas las variantes que ha probado, Guardiola aún no ha definido su estilo.

Michael Cox es editor de Zonal Marking y colaborador de ESPN FC. Síguelo en Twitter @Zonal_Marking.

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