Bill Gates, dueño de la compañía Microsoft, y Robert Kraft, propietario de los New England Patriots, recibieron una oferta para comprar el Liverpool, cuando se acerca el fin de la gestión de Tom Hicks y George Gillett.
La información fue revelada en documentos de la corte tras una batalla legal entre una compañía llamada Mill Financial y Gillett y el Banco Real de Escocia.
Hicks y Gillett acordaron vender al Liverpool en abril de 2010, cuando fueron incapaces de mantenerse al corriente en el pago de los préstamos que utilizaron para comprar el club en 2007.
Barclays Capital fue asignado para encontrar potenciales compradores, y documentos de la división comercial de la Suprema Corte de Nueva York revelan que Gates, el cofundador de Microsoft, fue uno de los contactados en la búsqueda mundial por empresas interesadas.
En un testimonio fuera de la corte, Sir Martin Broughton, quien entonces era directivo del Liverpool, fue cuestionado acerca de si estaba al tanto de que "había, por lo menos, un intento por contactar a Bill Gates y Bob Kraft en Estados Unidos", y él respondió: "Correcto".
Broughton fue cuestionado después si estaba al tanto de que Barclays Capital estaba "haciendo esfuerzos para conseguir inversionistas en Hong Kong y Noruega".
Dijo que la búsqueda de nuevos propietarios "abarcaba todos los continentes" e involucraba "contactos con gente de todo el mundo".
Gates no respondió al acercamiento mientras Kraft rechazó la oportunidad de comprar a los Reds, ya que también desairó el acercamiento de David Moores en 2005.
New England Sports Ventures, conocido actualmente como Fenway Sports Group, eventualmente compró el Liverpool por 300 millones de libras en octubre de 2010, un trato al que Hicks y Gillett se refirieron como una "estafa épica".