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Las humillaciones precipitan cambios en la cúpula del Arsenal

LONDRES -- Justo después del cuarto gol de Bayern Munich en el Emirates, un grupo reducido de hinchas comenzó a cantar "Sólo hay un Arsene Wenger".

Considerando que un pequeño pero vocal grupo de fanáticos había marchado de Highbury al Emirates antes del partido para protestar contra el director técnico y pedir que dejara el club, la muestra de apoyo dentro del estadio fue casi apologética, o compasiva.

No se convirtió en una muestra de apoyo más fuerte y generalizada, sino que se desvaneció cuando un sector más vociferante comenzó a gritarle al accionista mayoritario de Arsenal, Stan Kroenke, "vete de nuestro club", aunque con un lenguaje más beligerante y colorido.

Más allá de qué lado estén los hinchas de Arsenal, no cabe duda de que las pasiones se despertaron en el campo de juego. Es una pena que tan pocos de los jugadores hayan logrado ignorar todas estas emociones para dedicarse a luchar por su propia causa -- demostrar que Arsenal es más que un club que cae en el olvido en el mismo escenario cada temporada.

Arsenal ya ha perdido 5-1 contra Bayern en cada uno de sus últimos tres encuentros con los campeones de la Bundesliga, y uno de los clubes más grandes y ricos de Inglaterra debería ser mucho mejor que esto. Las fallas y las carencias son las mismas año tras año en el equipo, en la oficina del DT y en la directiva. Pero esta derrota, que dejó a Bayern con un triunfo global por 10-2 en los octavos de final de la Champions League, se siente como un momento clave en la historia de Arsenal.

Después de tantas decepciones anuales --ésta es la séptima temporada consecutiva en la que Arsenal queda eliminado en octavos de final-- los hinchas han tenido suficiente.

Wenger es el blanco de la bronca de muchos, quienes creen que el DT ya ha pasado su fecha de caducidad tras casi 21 años en el cargo. Pero Kroenke también está empezando a sentir la ira de los seguidores que pagan para sentarse en las localidades más costosas del fútbol inglés.

Pagan fortunas para ver a Arsenal, pero todo lo que escuchan de los ejecutivos de Kroenke es cuánto dinero tiene el club en sus reservas. Lo que quieren escuchar es que Arsenal ha superado las ofertas de Manchester City, Chelsea y Manchester United por jugadores estelares, o que el club les ha dado a jugadores de la talla de Alexis Sánchez y Mesut Özil el tipo de contratos que evitarían que piensen en irse a otro lado. También quieren que Kroenke y el director general Ivan Gazidis muestren un poco de liderazgo impidiendo que Wenger y sus jugadores se conformen con clasificar a la Champions League mientras sus rivales ganan trofeos.

Muchos hinchas se pusieron en contra de Wenger porque les exaspera lo que perciben como terquedad y negativa por parte del director técnico a modernizarse en el mercado de pases. Pero sigue habiendo lealtad, y hasta afecto, hacia Wenger por la gloria y las alegrías que le dio al club durante su primera década en el cargo: el gran equipo de Patrick Vieira, Emmanuel Petit, Tony Adams y Dennis Bergkamp, y los Invencibles con Thierry Henry, Sol Campbell y Robert Pires.

Wenger ha grabado su nombre en la historia de Arsenal y nunca será borrado, pero Kroenke no ha hecho nada para merecer el respeto y la adoración de los fans, y es por eso que ahora se encuentra en el ojo de la tormenta.

Kroenke es un hombre difícil de leer porque habla muy poco y rara vez da indicios de lo que está pensando en términos del futuro del club. Pero él es quien tiene el destino de Arsenal en sus manos.

Puede que Wenger quiera decidir cuándo y cómo será su partida, pero sólo Kroenke puede concederle ese deseo. Si se toma el tiempo para considerar el declive futbolístico del Emirates en lugar de la trayectoria alcista de las finanzas del club, bien podría adoptar la impiedad del propietario de Chelsea, Roman Abramovich, o la de los dueños estadounidenses de Liverpool y Manchester United relevando al DT por sus fracasos en el campo de juego.

Pero nada indica que eso es lo que hará, y los simpatizantes se le están empezando a poner en contra porque ven a un hombre a quien le importa más el balance que los títulos del equipo. Los hinchas quieren gloria, pero al parecer Kroenke sólo piensa en términos de crecimiento financiero. El resultado final es el derrape y la zona de confort en la que han caído Wenger y sus jugadores -- aunque en este momento no están demasiado cómodos, tras haber sido humillados dos veces en tres semanas contra Bayern.

Son tiempos turbulentos dentro y fuera de la cancha en el Emirates, y resulta difícil imaginar qué podría hacer Wenger para rescatar la temporada. Ya eliminados de la Champions League y ante una batalla para volver a clasificarse a través de la Premier League, hasta un 13º título en la FA Cup se sentiría vacío al final de una campaña que prometía mucho más.

Wenger habló de las decisiones "inexplicables y escandalosas" que le costaron caro a su equipo contra Bayern, pero eso no fue más que humo y espejos para desviar la atención de los verdaderos problemas del club.

Sin embargo, resumió porqué los simpatizantes han tenido suficiente y porqué muchos de ellos lo señalan a él, junto a Kroenke, como la raíz de los problemas, cuando le preguntaron qué es lo que debe cambiar en Arsenal durante la conferencia de prensa posterior al partido.

"¿Qué debe cambiar?", respondió Wenger. "Este club está en excelentes condiciones. Sólo está pasando por una situación difícil".

Lo sentimos, Arsene, pero Arsenal estaba en excelentes condiciones cuando ganaba títulos importantes y llegaba a la final de la Champions League.

Y aquellos días parecen haber quedado atrás hace mucho, mucho tiempo.

Mark Ogden es escritor de fútbol para ESPN FC. Síguelo @MarkOgden_