Como era de esperar, Arsenal no tuvo problemas para imponerse sobre Lincoln --todas las fantasías tienen sus límites-- pero lo que me impactó fue algo que sucedió antes del partido.
Antes del encuentro de Champions League del martes contra Bayern Munich, le preguntaron por enésima vez a Arsene Wenger sobre Alexis Sánchez, y el DT respondió: "Mira, tienen toda la información disponible sobre el rendimiento de los jugadores después de los partidos y pueden decidir ustedes mismos lo que está sucediendo en el campo de juego. Todos los datos físicos, todos los pases, la cantidad de veces que un jugador toca la pelota, cuánto corre, cuánto corre a fondo, cuánto corre lento... Tienen todo eso a su disposición, no me necesitan a mí".
Sonó un poco críptico en el momento, y, de hecho, algunos datos no están tan disponibles para las masas como Wenger cree. Pero los medios se las arreglaron para conseguir los datos.
Se enfocaron en las estadísticas de carrera, como el hecho que Sánchez no llegó a cubrir 10 kilómetros en ningún partido de Premier League esta temporada, mientras que Olivier Giroud, quien solamente jugó los 90 minutos tres veces, lo hizo en las tres ocasiones. Mesut Özil, mientras tanto, lo hizo 14 veces en 16 apariciones de 90 minutos. La cantidad de carreras de "alta intensidad" efectuadas por Sánchez también bajó en comparación con la primera parte de la campaña.
Yo no tengo nada en contra de los datos y el análisis estadístico. Pero estos datos están sacados fuera de contexto, en el mejor de los casos. Las carreras de alta intensidad y la distancia recorrida dependen de muchos factores diferentes, desde las características del jugador, la función que cumple, los jugadores que le rodean y la situación del partido, hasta cómo lo marcan.
Para determinar si Sánchez ha tenido un declive físico o, como algunos sugieren, si está jugando con pereza, hay que mirar los videos y evaluar sus movimientos. No se hace mediante una suma de datos sin puntos de referencia.
Alguien me sugirió que todo esto no es más que un juego de poder con el contrato de Sánchez de fondo. Tal vez sea cierto. Pero de ser así nos encontramos ante un interrogante evidente: Si Sánchez es perezoso y está en declive, ¿entonces por qué Arsenal le ofrece un contrato para convertirlo en el jugador mejor pago en la historia del club?