La mujer de Pep Guardiola, Cristina Serra, y sus dos hijas Valentina y María, salieron ilesas del brutal atentado que sacudió el Manchester Arena la noche del lunes durante el concierto de Ariana Grande y que provocó, según las últimas estimaciones, la muerte de 22 personas y un número superior a los 60 heridos.
La noticia, adelantada por TV3, concretó que las tres resultaron ilesas en el atentado aunque sufrieron un tremendo shok emocional por las terribles escenas que se vivieron en el pabellón. Al igual que la esposa del entrenador catalán, se conoce que varios futbolistas del City asistieron al concierto en compañía de sus familias, no sufriendo tampoco daños personales.
“En shock. No puedo creer lo que ha ocurrido la pasada noche. Mis más profundas condolencias a las familias y amigos de las víctimas”, escribió en la cuenta de twitter asociada a Guardiola y en la que mostró su pesar por lo sucedido sin entrar a detallar ninguna cuestión personal.
Shocked. Can't believe what happened last night. My deepest condolences to the families and friends of the victims.#Ilovemanchester
— PepTeam (@PepTeam) 23 de mayo de 2017
En las últimas horas se han multiplicado las muestras de solidaridad ante este ataque que la primera ministra británica Theresa May consideró “monstruoso” por dirigirse a castigar a familias y jóvenes que habían acudido a un concierto musical que debía ser “una gran fiesta”.
“Todos y cada unos de nosotros estamos al lado del pueblo de Manchester, de las familias. Ha sido uno de los peores atentados que hemos sufrido en el Reino Unido, atroz al ir dirigido a niños y a jóvenes. Lloremos a los fallecidos y celebremos la valentía de los que ayudaron”, finalizó en su declaración la mandataria británica.
De acuerdo a las pesquisas policiales, el atentado lo llevó a cabo un hombre que hizo detonar un cinturón repleto de explosivos justo en el momento en que finalizó el concierto de Ariana Grande, lo que provocó una estampida y tremendo caos entre las más de 20 mil personas que habían acudido al recinto, en su gran mayoría niños y adolescentes.
El atentado fue reivindicado por un hombre encapuchado que dijo hablar en nombre del Estado Islámico y que aseguró que “esto es solo el principio”, amenazando con nuevas acciones terroristas, que podrían ser suicidas como la acaecida en Manchester.