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Liverpool debe vencer en casa a los rivales más débiles para desafiar el título

Getty Images

Cada vez más, se juzga a los futbolistas según sus actuaciones en partidos importantes, con apariciones memorables en semifinales y finales apuntándose como el criterio principal para acreditar los premios a fin de año. Sin embargo, ese enfoque en los cotejos más grandes del fútbol opaca el hecho de que el desempeño en los juegos más pequeños nunca había sido tan crucial como ahora. En una era en la cual los campeones de liga pueden lograr 100 puntos, los contendientes pueden apenas darse el lujo de cometer un pequeño traspiés en un partido supuestamente menos importante durante toda la temporada.

Por extraño que pueda sonar, algunos clubes sufren de carencia de temperamento en partidos pequeños.

El ejemplo más obvio es el Liverpool de Jurgen Klopp, quienes son indudablemente capaces de tener una excelente actuación contra los oponentes más fuertes en competencias domésticas y europeas. Sin embargo, con Klopp en el banquillo, el Liverpool ha confrontado dificultades de forma frecuente para dominar a los pececillos en Anfield y este fin de semana, tendrán una prueba similar en casa ante el Brighton and Hove Albion.

Si bien los Reds ganaron los dos enfrentamientos anteriores con pizarra 9-1 en el global, el equipo de Chris Hughton tiene argumentos para ser considerada como la oncena más resistente y pertinaz de la Premier League cuando no tiene posesión del balón. Son compactos, disciplinados y organizados y su victoria sobre el Manchester United el fin de semana pasado demostró su capacidad de sorprender a los clubes grandes de la Premier League.

El Liverpool no perdió en su terreno en la anterior campaña, pero su récord como anfitrión no fue lo suficientemente bueno. Si eso suena contradictorio, consideren que el Liverpool solo ganó 12 de 19 enfrentamientos en casa, sumando así siete puntos menos que el Manchester City, cuatro menos que el Manchester United y el Arsenal y la misma cantidad que el Tottenham, quienes ni siquiera jugaron partidos como anfitrión en terreno propio. Los récords sin derrota son sobreestimados en cuanto a la suma de puntos. El equipo de “Invencibles” del Arsenal hubiera quedado con 10 puntos menos para ganar el titulo de la anterior zafra. Algunos de los empates del Liverpool se produjeron contra buenos oponentes, pero otros armisticios contra Burnley, West Bromwich y el Stoke fueron inaceptables.

Son esos partidos en casa ante equipos de menor jerarquía que han pasado costosa factura al Liverpool a través de los años. La última ocasión en la cual arrancaron la temporada con la creencia legitima de que podían levantar el título de la Premier League por primera vez fue en 2008-09, cuando ostentaron récord excelente ante grandes clubes y a pesar de ello, quedaron en el segundo puesto porque pactaron en casa con el Stoke, Fulham y el West Ham en Anfield.

Los campeones de la Premier League no sufren zancadillas en casa ante clubes de jerarquía menor. Cuatro de los cinco últimos dueños del título ganaron nueve de sus partidos en casa contra los 10 peores de la Premier League. Las excepciones: el Leicester City en 2015-16 sumó ocho triunfos y dos empates; en la temporada pasada, el Manchester City dejó de sumar puntos en esos partidos solo una vez asegurado el título de Liga.

Si bien la incapacidad esporádica del Liverpool de dominar a oncenas más débiles ha sido atribuida en ocasiones a la naturaleza del sistema “gegenpressing” de Klopp (la presión se hace difícil cuando el rival no busca mucha posesión del balón y juegan largo cuando lo recobran), pero siendo honestos, se trata de un problema de vieja data.

“Siempre nos ha ido bien ante equipos grandes”, expresó el excapitán del Liverpool Steven Gerrard tras haber dejado el club en 2015. “Pero siempre hemos tenido dificultades contra el Fulham en casa o el West Brown en casa, cuando parquean el autobús y no hemos tenido ese toque de magia para poderles descifrar”.

Es sumamente probable que el Liverpool supere al Brighton, quizás por margen cómodo. Sin embargo, tres puntos de tres no es la prueba por superar. El Liverpool probablemente necesitará un mínimo de 28 puntos de 30 totales en casa al enfrentarse a clubes ubicados en la mitad baja de la pizarra a fin de mantener la posibilidad de ganar su primer título en la Premier League. Una buena actuación mañana, quizás con una mentalidad algo distinta, podría marcar el tono del resto de la campaña.