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Pochettino y Klopp invierten mucho en defensa

Davinson, en acción frente a Liverpool Gertty Images

Mauricio Pochettino y Jürgen Klopp se definen por su fútbol ofensivo. Bajo la dirección del argentino, Tottenham batió su récord de goles en una temporada de liga por primera vez desde 1965. Bajo la dirección del alemán, Liverpool anotó la mayor cantidad de goles de la historia en una campaña de Champions League. Estos conjuntos están liderados por hombres que se disputaron el Botín de Oro de la Premier League la temporada pasada, quienes han marcado un total de 89 goles entre los dos para sus clubes en 13 meses, Harry Kane y Mohamed Salah.

Y, sin embargo, sus principales incorporaciones fueron defensores centrales. No existe contradicción en esto. De hecho, apunta a una homogeneidad de pensamiento. Pochettino y Klopp consiguieron perfeccionar los delanteros que heredaron e incorporaron -- por lo que ahora parece una ganga. Habían invertido más en defensores incluso antes de que el técnico de Liverpool convirtiera a Alisson en el arquero más caro del mundo (aunque no por mucho tiempo).

Virgil van Dijk, de £75 millones, y Davinson Sánchez, de £40m, podrían enfrentarse este sábado. A su manera, son atípicos extraordinarios. El holandés fue casi cuatro veces más caro que el central anterior más costoso de Liverpool, Dejan Lovren; mientras que el precio del colombiano casi cuadruplicó el de Toby Alderweireld, la compra anterior más importante de los Spurs en dicha posición.

Los precios son explicados en alguna medida por la escasez de jugadores que cumplan con todas las exigencias de sus entrenadores y las consecuencias de las leyes de la oferta y la demanda. Su importancia no sólo se sostiene por quienes son sino además por lo que representan. En el caso de Sánchez, ha sido un continuo compromiso con la austeridad. Pochettino transformó el récord defensivo de Tottenham, que pasó de conceder más goles que el escuadrón que terminó en el descenso, Hull, en 2014-15, a la menor cantidad en 2015-16, al hacer que Alderweireld juegue junto con Jan Vertonghen.

Tottenham además resaltó la necesidad de hacer la mejora drástica que Van Dijk logró en Liverpool. Desde la demolición de los Spurs por 4-1 al equipo de Klopp hace diez meses, los Merseysiders sólo han concedido 23 goles en 33 juegos de liga y sólo 11 en 18 cuando Van Dijk ha entrado en la cancha.

Es un signo de su impacto. Ha sido indirecto como líder defensivo y como una figura con la capacidad de hacer que Lovren y Joe Gomez jueguen mejor. Una diferencia es que Van Dijk es preeminente entre los defensores centrales de Liverpool y tiene garantizada la titularidad este fin de semana mientras que Sánchez, quien estuvo en la banca en Old Trafford, no la tiene. El jugador de 22 años representa la opción a largo plazo, pero hay razones para afirmar que los belgas Alderweireld y Jan Vertonghen son mejores jugadores en este momento.

De todas maneras, las ventajas de cada uno de estos jugadores indican la importancia en cuanto a su peculiar estilo de juego. Los devotos del juego de presión como Klopp y Pochettino creen que los atacantes son los primeros en formar la defensa, recuperando la pelota bien arriba. Los defensores forman la primera manera de ataque por lo que los pases de Van Dijk, que tienen un promedio de precisión del 90 por ciento en la liga, demuestran el gran defensor constructivo que es.

Klopp y Pochettino buscan jugadores que sean mediocampistas con la pelota y atletas cuando no la tienen. Las líneas defensivas altas requieren jugadores capaces de defender uno a uno y ganar en velocidad. Si Sánchez lograse recuperar su ritmo, podría tener su lugar asegurado. Todos tienen que ser lo suficientemente móviles para poder cubrir los espacios detrás y al costado cuando avanzan los zagueros atacantes; los que están acostumbrados a defender en fondos de cuatro reducidos no aplican aquí.

La rareza de esos hombres con ese conjunto de habilidades hace que su precio se eleve. La realidad es que las demandas dejan afuera a muchos defensores de calidad. Quizá Sami Hyypia, uno de los mejores de Liverpool en este milenio, no hubiese sido el indicado para Klopp, aunque sí le fue bien con las estrategias de Gerard Houllier y Rafa Benítez. Una de las primeras cosas que hizo Pochettino en White Hart Lane fue descartar a Michael Dawson, un buen jugador, pero otro hombre que no ha sido bendecido con el ritmo de juego que este entrenador exige.

El cuento de la supremacía de estos dos entrenadores rivales se ha basado en la manera en la que han orquestado lo que se convirtió en una onerosa inversión para elevar el nivel de determinadas posiciones al deshacerse de defensores centrales inferiores. Pochettino ha vendido a Kevin Wimmer, Federico Fazio, Vlad Chiriches y su primer capitán Younes Kaboul. Klopp ha permitido que se marchen Ragnar Klavan, Mamadou Sakho, Martin Skrtel, Tiago Ilori y la extraña firma en calidad de préstamo, Steven Caulker.

Y todo lo anterior ha sido entendiblemente eclipsado. Puede que Klopp y Pochettino sean vistos como los alquimistas del ataque. Mientras que Lucas Moura ha sido instrumental en la victoria de los Spurs en Old Trafford, el trío fundamental de Pochettino ha sido Kane, Dele Alli y Christian Eriksen, cuyo costo combinado fue de unos £18 millones. Sus equivalentes en Liverpool, Salah,

Sadio Mane y Roberto Firmino, han sumado un total de £100 millones, un monto que hasta sería insuficiente para comprar al egipcio solo en este momento. Klopp y Pochettino pueden argumentar que al descubrir talento más barato en el ataque han dado lugar al hecho de que se les comience a pagar mucho más a los defensores.

Quizá esa priorización los lleve de regreso a sus días de jugadores, mucho antes de convertirse en emblemas del juego de ataque. Pochettino ha sido un defensor central de calidad y Klopp un delantero que terminó siendo un defensor. De todas maneras, quizá sea una señal de que los hombres con estilos de juego modernos estén al día con estos tiempos. Maurizio Sarri y el portero de Chelsea, Kepa Arrizabalaga. Cuatro de las cinco firmas más importantes de Pep Guardiola en Manchester City han sido defensores. Cuando tenemos en cuenta que los estilos de juego ambiciosos agregan exigencias extra a las obligaciones de los defensores, quizá no sorprenda que Klopp y Pochettino los hayan valorado lo suficiente como para convertirlos es sus adquisiciones más costosas.