Fútbol Americano
Mark Ogden 6y

Man. United no tiene planes para reemplazar a Mourinho

Hay dos cualidades claves que toda directiva de un club de fútbol importante debe tener a la hora de contratar y despedir directores técnicos: impiedad y previsión.

En plena saga sobre la permanencia de José Mourinho en Manchester United, ninguna de estas cualidades abunda en la dirigencia de Old Trafford.

Los propietarios de United, la familia Glazer, y el vicepresidente ejecutivo Ed Woodward están mostrando una paciencia admirable -que raya con la indecisión- mientras la situación con Mourinho se acerca a un estado crítico. Pero les falta esa claridad de pensamiento y acción que fueron tan evidentes en Manchester City, Chelsea y Liverpool estas últimas temporadas.

Cuando estos clubes decidieron cambiar sus DTs, se gestaron planes claros durante meses en términos de sucesión. Pero tal como sucedió con David Moyes y Louis van Gaal, United se pierde en la niebla de la confusión y el caos, y queda en una situación comprometida cuando debe tomar la iniciativa.

Postergaron las ejecuciones de Moyes y Van Gaal, y sus reinados recién concluyeron luego de quedar afuera de la Champions League, cuando deberían haberse ido mucho antes. A los Glazer y Woodward les faltó la impiedad necesaria para actuar cuando la situación aún era recuperable en cada campaña.

Y la historia comienza a repetirse con Mourinho.

A pesar de la forma en que United logró imponerse 3-2 sobre Newcastle en Old Trafford el sábado, cuando el equipo local remontó un déficit de 2-0 para llevarse el triunfo con un gol dramático de Alexis Sánchez en el minuto 90, aún no hay garantías de que Mourinho seguirá en el cargo para dirigir el próximo partido de United contra su ex equipo, Chelsea, el 20 de octubre.

Los Glazer y Woodward no quieren despedir a Mourinho todavía, pero la raíz de la incertidumbre gerencial en United está en la convicción del portugués de que los dirigentes no le han dado suficiente respaldo público, ya sea mediante comunicados o promesas de inversiones en enero, de manera que la situación sigue siendo incierta.

En esta batalla de voluntades, United se está mostrando débil con su falta de previsión e impiedad. Ese mismo hilo ha atravesado todas sus decisiones importantes desde que Sir Alex Ferguson se retiró al final de la temporada 2012-13.

"United es un lío", le dijo a ESPN FC una fuente con conocimiento de sus operaciones de fútbol. "No tienen una estructura que les permita planificar y sentar las bases para un cambio gerencial.

"Ed Woodward tiene demasiadas responsabilidades --él mismo debería verlo-- y United está clamando por un director técnico o un director de fútbol cuyo trabajo de tiempo completo sea que estén bien preparados a la hora de contratar un entrenador.

"Sólo han hecho incorporaciones fáciles desde que Ferguson se fue. David Moyes fue elección de Ferguson, luego de haber esperado demasiado para contratar a un entrenador de clase mundial. El contrato de Louis van Gaal con Holanda estaba a punto de vencer en 2014, y Mourinho estaba sin club.

"La próxima vez, no pueden darse el lujo de encarar el mercado sin planificar una búsqueda. Pero pareciera que están cometiendo los mismos errores otra vez".

Tener un nuevo entrenador en carpeta parece ser una parte clave del proceso de contratación y despido. City anunció la contratación de Guardiola en febrero de 2016, cuatro meses antes de su llegada, pero el acuerdo se había firmado dos meses antes. Liverpool ya tenía a Jürgen Klopp como sucesor de Brendan Rodgers tras su despido en octubre de 2015. Chelsea suele reemplazar un técnico codiciado por otro, y a pesar de que se demoró a la hora de despedir a Antonio Conte, sólo tuvo ojos para Maurizio Sarri este verano.

El beneficio de semejante previsión es que les brinda a los clubes el tiempo necesario para reclutar jugadores que se adapten al nuevo técnico.

Jorginho habría aceptado un pase a Manchester City este verano antes de saber que Sarri, quien lo dirigió en Napoli, iba a ser DT de Chelsea. Y seguramente no fue una feliz coincidencia que Roberto Firmino pasara de Hoffenheim a Liverpool pocos meses antes de la llegada de Klopp.

City, Liverpool y Chelsea tienen departamentos establecidos que se encargan de que el club esté preparado a la hora de contratar jugadores y planificar las sucesiones de sus técnicos y entrenadores.

United aún no cuenta con este tipo de personal, y es por eso que ahora se enfrenta a la pesadilla de perder a Mourinho sin otro hombre en carpeta.

El pasado de Mourinho es razón suficiente para anticiparse en términos de sucesión. Solamente una vez duró más de tres años en un mismo club --su primer ciclo en Chelsea-- y sólo por unos meses. United debería haber estado preparado para la tormenta que ahora lo envuelve.

Pero, si se va mañana, ¿qué opciones hay?

Al final de la temporada pasada hubo dos ganadores de Champions disponibles, Carlo Ancelotti y Luis Enrique, pero ambos ya han sido contratados por Napoli y España, respectivamente. Julian Nagelsmann, a quien muchos consideran como la figura que se viene, se ha comprometido con RB Leipzig luego de Hoffenheim el próximo verano, de modo que el entrenador de 31 años es otro posible candidato fuera de su alcance.

Zinedine Zidane está disponible tras haber conducido a Real Madrid a tres títulos consecutivos de Champions League, pero el francés no se ha mostrado muy interesado en United o en dirigir en Inglaterra. Mientras tanto, Massimiliano Allegri de Juventus y Mauricio Pochettino de Tottenham --dos favoritos-- serían difíciles de convencer.

Sin un candidato evidente esperando en los laterales, muchos podrían pensar que la opción más segura es quedarse con Mourinho hasta el verano, más allá de los problemas que puedan surgir entre ahora y entonces. Pero, aunque eso suceda, United probablemente esperaría hasta mayo para trabajar en la búsqueda de un reemplazo. Se manejan de una manera muy diferente a sus rivales, pero tendrán que cambiar mucho más que un entrenador para no volver a cometer los errores del pasado y poner en marcha al club nuevamente.

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