Fútbol Americano
Musa Okwonga | ESPN.com 5y

El ascenso de Harry Kane al número 1 del FC 100 es un testimonio de su incomparable versatilidad

Todo comenzó con un giro. Harry Kane, quien fuera votado la semana pasada como el mejor delantero del mundo dentro de la lista ESPN FC 100 2018, se alejó de Nemanja Matic al borde del área y rodó el balón más allá del alcance de Thibaut Courtois. En una secuencia impecable, Kane eludió tanto a un volante defensivo de élite y al hombre que fuera considerado en aquél entonces como el mejor arquero del mundo, anotando el cuarto gol del Tottenham en una eventual victoria 5-3 sobre el Chelsea.

Sin embargo, Kane había hecho mucho más que eso. En esa noche de Año Nuevo de 2015, se había anunciado como uno de los mejores artilleros del planeta.

Al escuchar la narración de la BBC de esa noche, claramente se puede inferir la incredulidad en la voz del comentarista. "Es un remate de clase mundial, hecho por un goleador inglés", expresó Jonathan Pearce, como si estuviera desconcertado al ver que uno de sus compatriotas fuera capaz de hacer algo así. Se le puede perdonar eso a Pearce: tres años antes, Kane estaba en préstamo al Millwall, a un universo de distancia de los grandes escenarios en los cuales eventualmente cobraría protagonismo, mostrando pocas señales de que ascendería a la cima del fútbol. O bien quizás la mayoría de nosotros no estábamos viendo con suficiente detenimiento. Fue en el Millwall, donde Kane se encontraba luchando por evitar el descenso, que su fortaleza mental fue verdaderamente puesta a prueba por primera vez y, con siete goles en sus últimos 14 partidos, demostró contar con un robusto carácter.

Otra pista del por qué Kane fue tan subestimado se encuentra en otro pasaje del comentario de Pearce esa noche, cuando se refiere a Kane como "el chico local, hincha del Tottenham". El fútbol es ahora un deporte globalizado. Estamos muy lejos de aquellos días en los cuales un equipo podía ganar un título de Europa con todo un equipo constituido por jóvenes nacidos a pocas millas de su estadio, tal como lo hizo el Celtic en 1967. Ahora, el talento se busca en todas partes del mundo; no se aspira ver a un jugador que creció a media cuadra del estadio llegar a participar con el club de su terruño. Las probabilidades en contra son tan significativas que intentarlo parece toda una locura. Sin embargo, Kane lo intentó.

De hecho, el intento de Kane fue tan exitoso que este verano se hizo acreedor del Botín de Oro como goleador del Mundial de Rusia y luego, jugando contra el Arsenal el pasado fin de semana, alcanzó un empate en el puesto de mayor anotador en los derbies del Norte de Londres en el marco de la Premier League (al lado de Emmanuel Adebayor, con ocho cada uno). Antes de eso, Kane había sumado por lo menos 21 tantos en cuatro campañas consecutivas de Premier League.

¿Cuál es el secreto de Kane? Si existe alguno, parece radicar en su estilo modesto y discreto de juego. Mientras algunos centro delanteros son unos Lamborghini (ostentosos, espectaculares y tristemente célebres por su malcriadez), Kane es un Aston Martin, que tranquila y elegantemente cambia de velocidad, con un avance casi inaudible. A pesar de ello, existe otro factor aún más importante: una versatilidad suprema, característica que comparte con otro delantero famoso por su trabajo duro, quien no se caracterizaba precisamente por su rapidez cuando era jugador activo. Ese delantero era el madridista Raúl, quien también jugó con la selección española. Fernando Hierro, compañero de Raúl en club y selección, indicó en una ocasión a Sid Lowe que "Raúl no era un 10 de 10 en todo, sino un 8 y medio en todo".

Es interesante revisar las palabras de Hierro y cómo pueden explicar el puesto de Kane entre sus colegas. Los otros principales centro delanteros del fútbol mundial (lo cual significa que no sólo comandan el ataque, sino que convierten en altas proporciones) son probablemente Sergio "Kun" Agüero, Robert Lewandowski, Edinson Cavani, Luis Suárez y Pierre-Emerick Aubemayang. Analizando a cada uno de ellos, vemos que probablemente Kane no remata con la misma calidad que Agüero ni con la fortaleza de Lewandowski, no se destaca en el juego aéreo como lo hace Cavani ni es tan incansable en su avance como Suárez y ciertamente, no es tan veloz como Aubemayang. Sin embargo, de forma crucial, Kane constituye una amalgama perfecta de todos los talentos anteriormente descritos: si hiciéramos un diagrama de Venn de todo lo que hacen mejor los contemporáneos de Kane, el inglés se ubicaría en el centro.

Uno de los goles definitorios de la reciente historia de la selección de Inglaterra es notable porque, cuando éste fue convertido, Kane estaba muy lejos de la acción. Mientras Raheem Sterling soltó un disparo en ascenso que no pudo atajar el español David De Gea, para así darle ventaja 1-0 a Inglaterra en lo que terminó siendo un empate en jornada de UEFA Nations League, Kane se encontraba a 40 yardas de distancia, habiendo quedado relegado mientras asumía las labores de creación.

Kane se ha sentido cómodo por largo tiempo en dicho rol y es posible que esto sea un guiño a su época de juvenil, cuando fue alineado incluso como volante de contención. Además, esto es lo que diferencia a Kane de muchos otros delanteros: su capacidad, si así lo desea, de ser igualmente peligroso como proveedor y depredador. No es un hombre orquesta; sino alguien que domina todos los instrumentos con habilidad.

El ejemplo fundamental de lo anterior se produjo la temporada pasada, durante la victoria 3-1 de los Spurs jugando de local sobre el Borussia Dortmund en la UEFA Champions League. Fue entonces cuando Kane dio una asistencia (para Son Heung-min) y convirtió par de goles, mostrando en el proceso una rara mezcla de fortaleza, destrezas y astucia. A pesar de ello, se puede ver una evolución reciente en el juego de Kane: si bien sigue siendo fundamentalmente un jugador generoso, es claro que ha dado el salto de ser actor de reparto a protagonista.

En temporadas recientes, Kane ha registrado una ligera disminución en su cifra de asistencias a nivel de liga (cayendo de su registro máximo de 7, producido hace dos años, a solamente una en lo que va de la actual campaña), lo cual sugiere que ahora está más ocupado terminando jugadas que iniciándolas. Si bien su persecución de goles fue objeto de muchas burlas la pasada temporada, especialmente tras el tristemente célebre incidente en el cual anotó producto de un remate dudoso contra el Stoke City, nos ha revelado un hombre armado con la necesaria dosis de crueldad para ubicarse entre los mejores del fútbol.

Kane se destaca porque, contrario a la mayoría de los más grandes asesinos del balompié, no cuenta con un movimiento que sea su marca registrada. Kane no se mueve desde la derecha para soltar cañonazos como lo hace Arjen Robben; tampoco penetra por la izquierda para rematar desde una esquina, como es el caso de Thierry Henry. Tampoco parece contar con el aura premonitoria de un goleador. Antaño, se podía ver el pavoneo de Gabriel Batistuta; ahora, cuando Neymar suelta destellos y Kylian Mbappé acelera, Kane solo acumula pasos.

De hecho, si Kane fuera tenista, sería Novak Djokovic: atleta de intensidad inagotable, con la técnica más limpia y ortodoxa y que parece carecer de debilidades obvias. Esa es la razón por la cual es tan difícil de detener y sería una adición impecable a cualquier club: si un día estuviera cansado de jugar por los lados de White Hart Lane, el Bayern Múnich y el Real Madrid serían inteligentes si deciden preguntar por sus servicios.

Sin embargo, al igual que Raúl, Kane cuenta con la oportunidad de convertirse en un ícono eterno con las camisetas de su club y selección nacional y también como fue el caso de Raúl, hombre de similar pasión y perfeccionismo, parece moverse con comodidad hasta alcanzar el estatus de leyenda.

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