<
>

La Juve de Allegri tras el Inter de Mou

La Juve cambia. Se reinventa. Se re enfoca, pero mantiene el mismo objetivo: ganarlo todo. Bien lo sabe Carlo Ancelotti, en equipos como ese, la meta viene dada por el propio ADN, funciona ganar o ganar. Para la "vecchia signora" no hay otra manera. Y Allegri es consciente. Sobre todo el Allegri del Milan que se quedó con ganas de levantar la Coppa en su paso por el banquillo del conjunto lombardo, primero al caer en semis en dos ocasiones y luego en cuartos de final... curiosamente ante la Juve.

Sí, la Coppa sabe a redención para su técnico. Y para la Juventus, además, tiene sabor a grandeza. No por repetir lo que hicieron el año pasado, sino porque en el horizonte brilla el triplete del Inter de Mou de 2010. Ese que se coronó, curiosamente, en el Bernabéu, con doblete de Milito ante el Bayern Munich. Y aquí es cuando citamos aquella estadística de MisterChip, que dice que cada siete años gana la UCL un equipo italiano. Eso para recordar que esta versión recompuesta de la Juve dio el primero de tres pasos que terminan en Cardiff.

Pasos que además recuerdan a Berlín 2015, cuando fueron víctimas del tridente del FC Barcelona. En el año en que Luis Enrique amarró los tres títulos. Esa tarea pendiente para la Juve. Por eso las exigencias del Presidente Marotta han sido claras: Italia se les achicó, luego de cinco Scudettos seguidos y otro en camino, a pesar del suspenso que le imprimió la derrota ante la Roma el pasado fin de semana a la Serie A. Todo podría sonar a mucho, pero menos suena a repetido.

La Juve está lista, otra vez, para llegar al siguiente nivel. A ese club exclusivo del que sólo tienen llaves el Celtic, Ajax, PSV, Manchester United, Barcelona, Inter y Bayern como los únicos en ganar los tres títulos. Con el FCB repitiendo. Lo del tres de tres suena a tarea complicada. Pero si algo tiene la Juve es fortaleza, una que pasó por su casa, en Juventus Stadium, por la portería a cero de Gigi, y por los pies de sus soldados. Uno de ellos de corazón vinotinto.

Porque la presencia del capitán de Venezuela Tomás Rincón en el equipo, nos recuerda la esencia del deporte: todo es posible. Esa fue la impresión que sentimos al ver encima del podio, en plena celebración, la bandera tricolor con las estrellas blancas. Al ver al Capi en el once titular de su primera final. Su primer título. Se puede. Siempre se puede. Por eso se sigue intentando. Por eso la Juve volverá a la final para conseguir en Cardiff su tercer título de Champions, que podría cerrar el triplete. Total, son esos momentos de grandeza los que pueden justificar toda una vida. La Juve lo sabe.