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AS Roma y Lazio llegan hambrientos de victoria al Derbi romano

Decía Simone Inzaghi en la rueda de prensa previa al Derbi romano que para que su equipo venza ante el mayor rival de siempre sus jugadores tienen que salir con hambre al campo. El horario no ayudará, pues a las tres de la tarde en Roma todos habrán comido ya y normalmente estarían preparando una buena siesta, pero mañana no.

Mañana juegan Roma vs. Lazio y eso es fiesta mayor en la ciudad.

La capital italiana se dividirá entre aficionados con las camisetas celestes del conjunto lazial y las giallorossi de los que apoyan a la Loba, y todos abarrotarán un Estadio Olímpico que está acostumbrado a acoger este tipo de batallas futbolísticas del más alto nivel.

Es cierto que, de un tiempo a esta parte, dadas las situaciones económicas de ambos equipos, las cosas han cambiado un poco. En los 80 y 90, e incluso en los primeros años de este siglo, ambos equipos peleaban cuerpo a cuerpo con los grandes para conseguir los títulos domésticos y, a la vez, brillaban en Europa con plantillas verdaderamente espectaculares. Pero la crisis se llevó por delante a ambos y ahora luchan por poder encontrar el nivel perdido en el corto plazo.

La Roma quizás no sea aquella máquina de Fabio Capello que conquistó el Scudetto en el 2001 después de 17 años, ni la Lazio es el equipo que brillaba de la mano de Simeone, Nedved o Hernán Crespo y que se llevó la última Recopa jamás disputada, pero en Roma no hay más ley que la que dicta el Derbi dos veces al año, por eso pase lo que pase en el resto de la temporada, los aficionados viven y mueren por el resultado de estos dos cara a cara.

Para este primer enfrentamiento de la temporada, sorpresivamente, es la Lazio el equipo que llega en mejor momento. Los finalistas de la Copa Italia del año pasado empezaron con algunas dudas el campeonato, pero han firmado ya cinco victorias al hilo - incluyendo el partido de la semana pasada en la Europa League -, en las cuales sólo han concedido tres goles en contra.

La Roma, por su parte, tras la gran alegría que dio a sus aficionados llegando a las semifinales en la Champions League el año pasado y armando un equipo bastante ilusionante este verano, ha tenido un pésimo arranque, hasta el punto que Eusebio Di Francesco se encuentra en la cuerda floja y una derrota en el Derbi podría significar su destitución inmediata.

La Loba ganó con claridad entre semana al Frosinone, pero había encarrilado cinco partidos sin conocer la victoria antes de ese abultado 4-0, incluida la derrota en el Santiago Bernabéu en el debut de los giallorossi en la Champions League.

El propio Inzaghi señaló esa victoria entre semana con algo que podría ser clave pues, como le pasó a su equipo tras las dos primeras derrotas de la temporada, una importante victoria en un momento crítico se convirtió en el pistoletazo de salida de una racha que les tiene ahora mismo cuartos en la tabla.

De ahí su comentario acerca del hambre que necesitan tener sus hombres si quieren ganar a sus archirrivales. En la Roma, el hambre está asegurada, sobre todo si los futbolistas no quieren tener que empezar de cero con un técnico nuevo de aquí a unos días.