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Kevin-Prince Boateng: 'Nada ha cambiado' con el racismo en el fútbol

Kevin-Prince Boateng le dice a ESPN: "Tenía tres o cuatro ideas. Hablé con la FIFA, pero al final del día, nada pasó. Nada cambió". Elmar Kremser/Sven Simon/DPA/ZUMA Press

SASSUOLO, Italia – Han pasado casi seis años desde que Kevin-Prince Boateng tomara la decisión de abandonar la cancha, seguido en solidaridad por sus compañeros del AC Milán, en señal de protesta por los actos de abuso racista a los cuales el propio jugador, M’Baye Niang, Urby Emanuelson y Sulley Muntari fueron sometidos durante un encuentro amistoso contra el Pro Patria. Este gesto generó titulares alrededor del mundo y generó un debate con respecto a lo que se podía hacer dentro del fútbol y la sociedad como un todo a fin de atacar este tema.

Poco después del incidente ocurrido en Busto Arsizio, Boateng recibió la invitación para incorporarse a un recién creado Grupo de Trabajo de la FIFA contra el Racismo y la Discriminación. Sin embargo, al sentarnos en la cabina temporal que sirve como salón de medios del Sassuolo en octubre pasado, el exmiembro de la selección nacional de Ghana nos dice: “con la FIFA no hablé durante largo, largo tiempo”. Sigue comunicándose con la ONU y dio un apasionado discurso en una convención celebrada en Ginebra en marzo de 2013. “Quieren saber qué está ocurriendo. Si algo ha cambiado. Qué pueden hacer”.

Sin embargo, el silencio que emanan las autoridades del fútbol es ensordecedor.

“Tuve tres o cuatro ideas. Las puse a su disposición. Hablé con ellos al respecto. Pero, al final de cuentas, nada pasó. Nada cambió. Es solo la Champions League. ‘Dile no al racismo’. Eso es todo”.

¿Cuán decepcionante es eso? “Bastante”, dice Boateng.

“Lo único que ha cambiado es que ahora, el racismo se esconde más. No es algo que esté al descubierto, no vemos a la gente haciendo cánticos o algo así, porque saben que habrá sanciones y que hay gente vigilándolos. Por ello, es algo que se esconde un poco más. No obstante, sigue allí porque si revisas lo ocurrido durante los últimos cinco años, siguen ocurriendo muchas cosas y es algo muy alarmante porque, después de cinco años, nada ha ocurrido, nada ha cambiado. Es algo triste”.

Un episodio ocurrido luego de la final de la Copa Alemana en mayo pasado hizo que las actitudes causadas por el racismo sean objeto de suma atención para Boateng. “Lo dije en Alemania el año pasado: ‘Siento que estamos luchando más contra la pirotecnia que contra el racismo”. En un momento de la celebración de la victoria del Eintracht Frankfurt en la final de copa contra el Bayern, primer trofeo obtenido por el club en 30 años, Boateng sostuvo una bengala en pleno balcón de la alcaldía.

“Alguien llamó a la policía”, expresó Boateng.

“Vamos”, prosigue, incrédulo. “Se siente como si realmente lucháramos más contra la pirotecnia. En el estadio, alguien enciende un fuego artificial y el encargado del estadio grita inmediatamente: ¡Por favor, detente! Y te imponen una multa por €20,000. Pero si hay cánticos racistas, parece que nadie los escucha”.

Cuando sí son escuchados, se inventan excusas. Así ocurrio cuando Muntari, su antiguo compañero y también víctima del racismo en Busto Arsizio, abandonó la cancha en Sant Elia y recibió una segunda tarjeta amarilla (la cual fue revocada posteriormente) al protestar el abuso racista que sufriera mientras jugó con el Pescara contra el Cagliari en mayo de 2017.

No hubo ningún castigo impuesto por el juez deportivo de la Serie A, basado en la tesis que los 10 hinchas que cantaban epítetos no habrían sido escuchados de no ser por una protesta en silencio. El informe oficial del partido indicó que “aproximadamente 10 personas” estaban involucradas y según los lineamientos de la liga, no llegaba a cubrir el mínimo necesario para imponer sanciones. El árbitro tampoco los escuchó, por ello, no fueron incluidos en el informe.

Pocos días después de nuestra entrevista con Boateng, el diario The New York Times publicó un artículo sobre Kerfalla Sissoko, futbolista aficionado oriundo de Guinea y que juega en Francia, que fuera objeto de abuso racial en mayo pasado y se le impuso una suspensión por 10 encuentros, la misma de los perpetradores, luego de una riña en la cual, según espectadores, Sissoko y otros jugadores negros fueron agredidos por sus oponentes, dejándolo golpeado y con severo desorden de estrés postraumático. Es algo deprimente en una época en la cual la sociedad parece estar más dividida y muestra mínimos niveles de tolerancia en mucho tiempo.

“Pienso en ello en muchas ocasiones”, afirma Boateng. “Cuando crecía, pensé que estábamos divididos. Pero a final de cuentas todo iba bien y, sabes, estábamos bien. Crecí al lado de todas las culturas del mundo… A veces se peleaba. Pero ahora, realmente se siente el odio”.

“Cuando llegas a Alemania, ves la gente en la calle. Quizás hay tres o cuatro mil racistas caminando por las calles y tienen derecho a andar por la calle alzando su brazo haciendo el gesto de Hitler”.

“¡Hombre! No podemos permitir eso. Es imposible porque tenemos niños que ven cosas así. Si lo permitimos, los niños aprenden que es permitido hacerlo y quizás tomen el camino incorrecto. Es muy alarmante y hasta difícil para mí. Qué puedo hacer. Intento, siempre intento hablar, en cada entrevista que doy, quiero hablar al respecto y explicarlo. Pero, si la gente grande, la gente importante, los políticos, no hacen nada, entonces, ¿qué podemos hacer?”.

Sin embargo, Boateng no se siente derrotado. Sigue hablando y creando conciencia sobre los temas sociales, utiliza la tribuna y alto perfil que le dan su condición de deportista y sigue motivado. Siente gran respeto por los sacrificios hechos por el ex mariscal de campo de la NFL, Colin Kaepernick tras haberse expresado contra la injusticia social y la brutalidad policial motivada por el racismo.

“Esos son los momentos que necesitamos (ver)”, afirma. “Poder (manifestar) las razones por las cuales la gente lucha, permitir que sus voces sean escuchadas. Kaepernick, dejó de ganar millones, patrocinadores, a Nike… para afirmar (las cosas en las que cree). Es un héroe. Similar a Muhammad Ali. Será conocido por siempre y si un día fallece, todos lo van a recordar”.

“Necesitas gente así. Necesitas a LeBron James. Necesitas a los Golden State (Warriors), que se manifiestan contra su presidente. Es una locura. Pero muestran (sus convicciones). Dicen: ‘No nos vamos a ninguna parte’”.

“Necesitas que gente importante como ellos hagan actos importantes porque, de lo contrario, nada cambiará”.