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Lo que era un secreto a voces acabó por confirmarse: Diego Costa tenía una lesión en el pie y tendrá que ser operado de una molestias en el quinto metatarsiano de su pie izquierdo. La cirugía se llevará a cabo en Brasil y el delantero tendrá que estar cerca de dos meses de baja. La lesión de Costa es un golpe en seco sobre la línea de flotación de Diego Simeone, que tiene recambios prácticamente para toda la plantilla, excepto para la figura de Costa. Desde que el argentino llegó al club rojiblanco hace ya casi ocho años, y mucho más tras la salida de Radamel Falcao hacia Mónaco, Diego Costa se convirtió en el jugador fetiche del Cholo Simeone, pues pocos como él han entendido la entrega y la batalla que busca el técnico argentino para la posición de delantero centro en su once titular. Por eso incluso cuando el atacante buscó cotas más alta y firmó por el Chelsea en 2014, Simeone no le perdió la pista y en cuanto intuyó que el momento del hispano-brasileño en Londres había acabado, buscó con todo ahínco repatriar al delantero a las filas colchoneras. Lo consiguió el año pasado, a pesar de la sanción de la FIFA que no permitió al delantero jugar con el Atlético de Madrid hasta enero, pero lo cierto es que su producción no ha sido todo lo buena que se esperaba desde su regreso. Gran parte de culpa la tiene las malditas molestias por las cuales Diego Costa se está ahora operando, para intentar así paliar de manera definitiva el dolor. Los problemas nacen de una operación que tuvo Costa hace 12 años, en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. A su vuelta de Londres, el delantero sufrió un pisotón en ese mismo lugar y, desde entonces, ha estado jugando con dolor. Y es que en todo 2018, Costa sólo ha anotado 11 goles en 38 partidos con su club, siendo precisamente el Mundial de Rusia, en el cual anotó tres goles en los tres primeros partidos, su momento estelar del año. 
Pero con Costa afuera, ¿qué hará Simeone para paliar su baja?
La plantilla del Cholo este año no rebosa volumen, aunque sí va sobrada de talento, aunque es quizás esa posición de nueve puro la que más coja está en estos momentos. El croata Nikola Kalinic fue el hombre elegido para cubrir las espaldas de Costa como hombre gol, pero de momento --y como le ha ocurrido a muchos otros delanteros que han pasado por el atleti en las últimas temporadas-- no ha logrado acomodarse al estilo de juego que pregona Simeone. El técnico argentino había encontrado la que parecía su alineación ideal con un 4-4-2, con Antoine Griezmann y Diego Costa arriba, en puestos complementarios --uno con más movilidad y otro con más fuerza y empaque-- y dos jugadores en las bandas que balancearan las transiciones defensa-ataque. Ahora, el plan seguramente deba cambiar.
Jugar con Griezmann sólo arriba y poder así jugar con un trivote en el medio y dos extremos puros (Thomas Lemar y Vitolo) es una opción, aunque quizás no la preferida del Cholo. Luego está la posibilidad de no variar el plan establecido y esperar que Kalinic o el joven Borja Garcés, quien ya sacó del atolladero a Simeone en Eibar al principio de temporada, sean capaces de cubrir la inoportuna baja de Diego Costa. Sin embargo, parece que Simeone optará por darle galones a Ángel Correa, uno de los futbolistas más destacados de este año, aunque jugando a ratos y entrando como revulsivo, por lo que está pidiendo una oportunidad a gritos. Si nada se tuerce, el argentino tendrá por delante dos meses para demostrar que puede ser el delantero del equipo y que, junto a Griezmann, puede hacer olvidar a Costa --a pesar de sus diferentes fisonomías. La baja de Costa no es bienvenida, pero dentro de lo malo, el club ha intentado que el periodo de baja del delantero coincida con una meseta competitiva, en la que no se jugarán partidos de Champions League y en los que se confía que el resto de futbolistas puedan llevar el peso del juego en La Liga y en la Copa del Rey. Será pues un momento de los que le gustan al Cholo, de probar nuevas combinaciones que puedan dar nuevas opciones de juego en la plantilla y mantengan la competencia. Sólo falta esperar que los resultado acompañen y que no se eche mucho de menos al goleador del equipo.
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