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Se sabía desde que el árbitro pitó el final del partido ante el Brujas en Bélgica. El Atlético Madrid se había dejado llevar y no había logrado asegurar el primer puesto del grupo de la Champions League. Los rivales que esperaban en el grupo de los campeones de cada grupo de la fase previa eran complicados, y por supuesto, el destino quiso que a los de Simeone se les cruzara en el horizonte el equipo de Cristiano Ronaldo, la Juventus de Turín. Y es que no se trata sólo del delantero portugués, verdugo en Lisboa y en Milán, cuando el Real Madrid levantó dos Champions Leagues en las mismísimas narices de los colchoneros. Se trata también de la vuelta de Mario Mandzukic a Madrid, por donde pasó de puntillas para luego convertirse - de nuevo - en uno de los mejores delanteros de Europa en Turín. 0 Con la Juve ya ha disputado una final de Champions League (que también él perdió ante Ronaldo y el Real Madrid, en Cardiff) y este año está despuntando en una delantera temible, junto CR7 y el argentino Paulo Dybala. Por eso el Atlético de Madrid se debe encomendar ahora más que nunca a su gran estrella, Antoine Griezmann. Acuciado por las continuas bajas, con una plantilla extremadamente corta para lidiar con tanto soldado caído, y con Diego Costa habiendo pasado por quirófano hace sólo una semana, Diego Simeone no tiene más opción que armar el equipo como bien pueda, convencerles de la hombrada que sería pasar de ronda ante un enemigo de tal magnitud - nadie duda que la Juventus esa ahora mismo, junto al Manchester City, el gran candidato a ganar la Champions League - y rezar porque Antoine Griezmann no se resfríe. Es cierto que los octavos de final de la Champions League se jugarán en dos meses y en ese tiempo cualquier cosa puede pasar, pero visto el desempeño del Atlético de Madrid en los últimos meses, al “Cholo” Simeone sólo una carta le resulta lo suficientemente sólida como para afrontar con garantías el compromiso ante la Juventus. Con Diego Costa fuera de combate durante al menos mes y medio más, y a expensas de ver en qué estado de forma vuelve tras su operación en el pie, Antoine Griezmann se convierte ahora más que nunca en el buque insignia de este proyecto, en el verdadero capitán del barco. El francés está en un gran estado de forma y ha saldado con creces los motivos que llevaron al club a renovarle el pasado verano a razón de 23 millones netos por temporada, para ahuyentar así las opciones que tenía de firmar por el FC Barcelona. En las últimas semanas, y a excepción de ese maldito partido en Brujas, ha sido Griezmann quien ha sacado las castañas del fuego en varias ocasiones a los rojiblancos, aportando goles decisivos y también asistencias. Simeone ha pedido recomprar al colombiano Rafael Santos Borré, que ha firmado un gran año y medio en River Plate, para este mercado de invierno, pues jugadores como Nikola Kalinic, Gelson Martins o incluso Vitolo, aún no han explotado de la manera que le gustaría a Simeone. A buen seguro la llegada del colombiano se saldará con la salida de alguno de estos jugadores, más allá de la casi inminente cesión de Borja Garcés - jugador del filial que ha estado apagando fuegos en el primer equipo en los últimos meses -, que es pretendido por algún grande de segunda, como el Málaga, y varios clubes de la parte baja de primera. Por eso Griezmann debe concienciarse de que es el momento de dar un paso al frente y convertirse en el líder incontestable de este Atlético de Madrid de cara a la recta final del campeonato, pues los colchoneros juegan – además - con la ilusión de llegar a una final de la Champions League que se disputará en su flamante nuevo estadio, el Wanda Metropolitano.
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