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La situación de Mauro Icardi tiene toda la pinta de ser el último adiós

Hace una semana nadie podía haber imaginado esta situación. Está claro que el 2019 ha empezado de una manera bastante complicada para Mauro Icardi, quien lleva siete partidos sin marcar y que en lo que llevamos de año sólo ha anotado dos tantos en la Copa, y ambos de penalti. Pero de ahí a pasar por la situación que estamos viviendo en estos momentos hay un larguísimo trecho.

Wanda Nara prendió la mecha hace una semana y Beppe Marotta, gerente general del Inter, hizo explotar la bomba. Icardi ha sido relegado como capitán de la escuadra y aunque fue reclamado para jugar en Austria el partido de la Europa League que enfrentaba a los nerazzurri ante el Rapid de Viena, el jugador decidió quedarse en Milán y no acompañar a sus compañeros. La sanción será dura, con toda seguridad, y lo que queda más que claro es que este es el principio del fin de la historia de Icardi en el Inter.

Su excéntrica esposa y representante habló en televisión la semana pasada, como suele hacer, para discutir la situación de su marido. La argentina aseguró que si el equipo no jugaba mejor, y si Icardi no estaba teniendo suerte frente al marco contrario, no se debía más que al hecho de que Luciano Spalletti no era capaz de poner a los jugadores adecuados para que su esposo se encontrara de forma favorable en el área rival. Wanda llegó a insinuar que el hecho de que Lautaro Martínez no haya jugado más junto a Icardi era el motivo por el cual Icardi no estaba bien puerta con tanta asiduidad en este nuevo año.

El tema de trasfondo no es otro que la renovación del contrato del delantero argentino. Icardi fue el máximo goleador del campeonato pasado y era el capitán y gran héroe de la hinchada interista. Su contrato expira en junio de 2020 con lo que club y jugador habían entablado las pertinentes negociaciones para firmar una extensión, toda vez que el argentino se decidió a no dejar la entidad el verano pasado a pesar de tener ofertas de varios grandes clubes de Europa.

Sin embargo, las palabras de Wanda Nara, el hecho de que hiciera públicas las negociaciones con el club, y sus críticas abiertas al club y su entrenador, llevaron al Inter a tomar medidas drásticas contra Icardi.

El hecho de que el delantero se negara al viajar con el equipo a Viena no es más que un agravante a la situación. Por eso no parece que vaya a haber una reconciliación en breve, y lo más sensato sería que Icardi acabara fuera del club el verano que viene.

El rumor que se ha extendido por varios medios italianos es el que cuenta que Icardi tiene ya un acuerdo con la Juventus, acostumbrada como está la entidad turinesa a navegar en mares revueltos de otros clubes para pesar sus grandes objetivos así.

En este caso, ese rumor tendría bastante sentido y explicaría de alguna forma la vehemencia con que se manejó Wanda Nara en su entrevista la semana pasada. La ruptura de las negociaciones no haría más que forzar al Inter a vender a Icardi el verano que viene, pues no sólo cuenta el argentino con una cláusula de rescisión (110 millones de euros) en su contrato, sino que además terminaría su vínculo en julio del 2020, por lo que los interistas tendrían que venderle en 2019 si pretenden sacar algún rendimiento económico a su gran estrella.

Una pena, de cualquier manera, que un jugador tan querido y que ha pasado tanto tiempo en el club pueda acabar saliendo por la puerta de atrás, pero parece que Marotta ha entrado con fuerza en su nuevo puesto y no le ha temblado el pulso. Retirar la capitanía a tu gran estrella en plena temporada puede tener consecuencias muy grandes para el equipo, pero de lo que no hay duda es que todos estos movimientos huelen a despedida.