Fútbol Americano
Alfonso Duro | ESPN Digital 5y

La complicadísima situación del Inter de Milán

El momento en el que ningún interista quería verse está aquí. A falta de una jornada por jugarse en la Serie A, el Inter de Milán se está agarrando al último puesto que da acceso a la Champions League con uñas y dientes.

La situación se tornó dramática este pasado fin de semana cuando un Napoli que ya no se jugaba nada aplastó a los nerazzurri por 4-1 en San Paolo, a la vez que el sorprendente Atalanta empató con la Juventus 1-1 para lograr superar al Inter en la clasificación.

Junto con la victoria el AC Milan, ahora el Inter se dirime entre la esperanza --pues sigue dependiendo de si mismo-- y una desilusión tremenda, pues nadie se podría haber imaginado que a estas alturas del campeonato el equipo no estaría ya clasificado para la Champions League.

Luciano Spalletti está en la cuerda floja y, visto lo visto, será muy complicado que continúe en su puesto la temporada que viene. Ni siquiera la clasificación in extremis a la Champions League sería capaz de salvarle la cabeza, pues la figura de Antonio Conte ya está sobrevolando Milán, y el trabajo del exentrenador de la Roma ha dejado muchísimo que desear esta temporada.

En la última jornada el equipo interista se enfrentará a un Empoli que ha llegado envalentonado al tramo final de la temporada y ha ganado sus últimos tres partidos. Gracias a ello, el equipo de Aurelio Andreazzoli ha conseguido salir de los puestos de descenso, en los que ha caído el Genoa. Por eso el fin de semana ante el Inter buscarán dejar todo en la cancha para lograr el milagro de quedarse en la Serie A, aunque con ello le quiten la oportunidad al Inter de llegar a la ansiada Champions League.

El equipo nerazzurri estuvo cinco años sin pisar la mejor competición de Europa y tras su vuelta al ruedo este año la hinchada no soportaría no verse de nuevo entre los mejores del continente el año que viene.

La derrota ante el Napoli podría dejar secuelas. Como el propio Spalletti aseguró tras el encuentro, se puede perder, pero nunca de esa manera. Jugándose el tercer puesto, el equipo no opuso resistencia alguna, a pesar de que los de Carlo Ancelotti llevan semanas con el segundo puesto asegurado y no tenían más en juego que el orgullo.

Y eso fue justo lo que le faltó a los nerazzurri. Orgullo de llevar la camiseta y querer estar entre los mejores un año más. Orgullo para intentar dejar atrás un año horrible, lleno de altibajos, que ha devenido en este dramático final de temporada. En la última jornada, los interistas tendrán que dar su mejor versión para intentar amarrar el pase. Sus archirrivales milanistas se mantendrán al acecho con la esperanza de que un traspiés del Inter --en forma de derrota o empate ante el Empoli-- acabe arreglándoles una temporada que nació torcida y en la que pocos hubieran soñado que podría concluir con una posible clasificación a la Champions League.

Para el Inter y sus tifosi sería la peor de las noticias. Una cruel pesadilla en la que no sólo no entrarían en la Champions, sino que además dejarían el puesto en bandeja a su gran rival.

De momento mantienen la sartén por el mango, pero otro partido como el del fin de semana pasado podría dejar al equipo en el purgatorio de la Europa League el año que viene, y a su afición con el corazón roto en mil pedazos.

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