Fútbol Americano
Daniel Montes de Oca 7y

Andrea Pirlo: El arquitecto que construye con los pies

CIUDAD DE MÉXICO -- Su futbol tiene misterio. Es capaz de detener el tiempo y pensar en medio del estrépito. Posee una fantástica serenidad que lo convierte en clarividente y así se adueña del espacio; así se adueña del juego.

El tipo de la melena rebelde y mirada cansina todavía transita por los campos decidiendo el cómo, cuándo y dónde. Su estampa esmirriada esconde al crack que tiene como trabajo inventar. La sabiduría es su mejor escudo para encontrar la puerta correcta.

La lentitud de sus movimientos otorga la bendición de apreciar a detalle y con asombro cada lienzo que traza; es un artista con pincel en mano, listo para crear, y sus compañeros son los más agradecidos con su obra.

Nació en Flero, un pueblo cercano a Brescia, en donde creció con la ilusión de ser un hombre orquesta como Roberto Baggio, o un pensador como Pep Guardiola; ambos, sus ídolos de la infancia.

Tuvo un temprano debut a los 16 años, con la herencia del número ‘10’ que portó el ‘Divino’, y tintes de talento que lo llevaron a ser un regular media punta, hasta que Carlo Mazzone, el técnico que lo marcó, lo convenció de jugar como centrocampista. Ahí empezó la historia.

“He tenido que aprender a correr porque antes casi no lo hacía, estaba allí esperando a que llegaran los balones para buscar el golpe de genio. Ahora corro, tengo que chocar con el rival, es otra forma de jugar”, declaró en su momento ‘Campanellino’ (Campanita), como lo apodan desde la infancia.

A sus 38 años, en la etapa final de su carrera que vive en la MLS, atesora pasajes en los tres grandes de Italia: Inter, Milan y Juventus. Con los rossoneros conoció la gloria y dejó un legado de 10 años en un club que hoy llora su ausencia.

Aunque tienen en común el virtuosismo, Pirlo es distinto a Totti, Del Piero o al propio Baggio. Es un ‘arquitecto’ que pretende el anonimato, pero su magia lo delata. “Es un líder que habla con los pies”, dijo Marcello Lippi, su técnico en el Mundial de Alemania 2006 cuando fueron Campeones del Mundo.

Es amante de los gatos; se identifica con su carácter tranquilo, con la astucia para conducirse y con la sangre fría al ejecutar.

El penalti a lo Panenka que regaló ante los ingleses en la Eurocopa de 2012 es el retrato perfecto de su infinita serenidad, incluso en el momento más dramático, pues Italia estaba abajo en la tanda: con una caricia, el balón viajó a su ritmo, lento, para ingresar con suavidad a la portería y a la inmortalidad.

Fue un trazo de Da Vinci; la mejor escultura de este artista del balón.

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