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Al filo de las 7:30 de la noche, Puebla llegaba al ‘Pirata’ para disputar un partido a puerta cerrada; sin embargo, el destino tenía trazada una historia diferente. Todo el contingente poblano salió a reconocer el campo de juego. De pronto, entre la multitud de jugadores y cuerpo técnico, desvaneció uno; gritaban "hay un desmayado", todo se escucha hasta los palcos de prensa, no había un alma en las tribunas, ni sonido de fiesta en el puerto. El desvanecido era Aníbal Ruiz, quien pisaba por última vez un campo de futbol. El uruguayo tuvo su último aliento y partió en paz, despidiéndose en el rectángulo de sus amores. La situación nadie la sabía a ciencia cierta, pedían una ambulancia, pero el cuerpo de servicio no estaba en la cercanía del estadio. Fue el doctor del Veracruz quien corrió a atenderle. Uno de los auxiliares de Pepe Cardozo, Walter Silva, gritaba en tono fuerte y con palabras altisonantes "necesitamos una ambulancia, tenemos horas y aquí se nos va", tal vez prediciendo lo más triste... La ambulancia tardó en llegar al lugar poco más de 15 minutos, tuvieron que ser los bomberos quienes prestaron el auxilio. Tras el tiempo prolongado de espera, el cuerpo de rescate entró por la portería sur del 'Pirata' y atravesó la cancha para prestar una ayuda que llegó muy tarde. En el camino al hospital, se consumó la muerte por infarto fulminante de quien fuera DT, en par de ocasiones, de los propios Tiburones Rojos de Veracruz. A la par, el comisario tomaba nota de las ausencias en el estadio, mientras que en los vestidores, el cuerpo arbitral ya planeaba la salida del inmueble, ya que no pitarían el juego, convirtiéndose en una noche triste para el puerto y el futbol. Con información de Alex Tapia.
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