Fútbol Americano
Daniel Montes de Oca 7y

El Pulso del Apertura 2017: Con el Jesús en la boca


EL PULSO


CIUDAD DE MÉXICO -- Cuando Jesús vuela para encontrar un balón que amenaza su meta y le cambia la trayectoria, los cronistas deportivos se ven ‘obligados’ a tomar el mismo aire que necesitan para gritar una anotación, pues el gesto técnico amerita un estruendo similar.

Gooooooool y Coooooooorona tienen el mismo número de vocales en su primera sílaba.

Está convertido en el terror de los delanteros; muy pocos encuentran un orificio para atinar en la portería cuando lo enfrentan, pues el arco se reduce hasta perderlo de vista.

Mirarlo a los ojos representa una derrota para el atacante, e intentar engañarlo es un desafío que cobra con un lance prodigioso.

Dice en un relato el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que el mítico ex guardameta ruso “Lev Yashin podía desviar la pelota con sólo echarle una mirada”.

Guardando la debida distancia, hoy este mexicano puede presumir de algo similar. Corona ha logrado algo que en la vida y en el futbol resulta casi imposible: consenso.

Hoy nadie duda que Chuy retomó su nivel y estamos frente a un fuera de serie que ya hizo historia al conseguir con la Selección Mexicana el máximo logro del balompié nacional: la medalla de oro en Londres 2012.

Existe una máxima entre las barras que dicta que “el rival siempre merece el desprecio del hincha”; pues bien, Chuy ha logrado que se fomente la excepción a la regla: en campos ajenos al suyo lo abuchean con admiración, sólo para cumplir con el protocolo de condenar al enemigo.

Eligió un oficio de alto riesgo y lo ejerce al límite, al grado de que podemos empezar a pensar que sus atajadas se deben celebrar como un gol.

Su actuación ante el Monterrey resultó inverosímil y no es obra de la casualidad, pues lleva varias semanas en el nivel que lo catapultó en su momento a la titularidad en Selección Nacional.

Cuatro atajadas en una misma jugada frente a Rayados, todas con un grado de complejidad distinto, todas sublimes y su nombre retumbó como si se tratara de un gol.

El sábado pasado todo mundo estaba con “el Jesús en la boca”… Sí, hablando de la gran actuación del guardameta de Cruz Azul que, para su mala fortuna, no ‘coronó’ con una victoria.

CUADRO DE HONOR

Monarcas Resplandor

Hace dos semanas cuando cayó en casa ante el Pachuca, el técnico de Monarcas, Roberto Hernández, declaró que si era necesario, él se haría a un lado, pues el equipo no estaba obteniendo los resultados esperados. Venía la fecha doble, la cúpula de Morelia conservó al eterno ‘bombero-directivo’ y de la noche a la mañana, seis puntos. A media semana los michoacanos se metieron a Ciudad Universitaria para agravar la crisis de los Pumas y de paso darle el último empujón hacia la salida a Paco Palencia, y de regreso en casa en la jornada que recién terminó, superaron con autoridad nada menos que al América. Cierto que las Águilas tuvieron bajas importantes, pero Monarcas jugó sin complejos, con gran intensidad y mereció el triunfo por el que trabajó.

REPROBADO

León Viejo

Da la impresión que el León no se renovó a tiempo. De aquel equipo vertical, con propuesta ofensiva, variantes y un futbol agradable a la vista queda poco y nada. En tres torneos (solo uno completo) Javier Torrente no pudo consolidar un estilo o por lo menos retomar el que ya tenía este conjunto con Gustavo Matosos y que empezó a perderse desde las épocas de Juan Antonio Pizzi y Luis Fernando Tena. En casa se volvió endeble, predecible, viejo, sin esa ambición que tuvo y que lo llevaba a devorar a sus rivales, que de antemano eran conscientes que sacar un punto de esa aduana obedecía a una misión casi imposible. Ya cortaron a Torrente, pero no es solo el técnico, a León le urge renovarse, prescindir de futbolistas que cumplieron un ciclo y empezar su reconstrucción.

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