Han pasado 89 días desde que Lobos BUAP vive su sueño de ‘primera’. El cuadro poblano consiguió su ascenso de la mano del proyecto de Rafael Puente del Río y Luza Esparza, pero su paso por la Primera División ha traído varios traspiés que los han afectado en la cancha aunque estos no necesariamente hayan pasado ahí.
En el Apertura 2017 han experimentado lo que es estar arriba y también la presión de sumar puntos para salir del sótano del cociente, donde se encuentran actualmente por tres descalabros consecutivos.
PUÑETAZOS Y CUCHILLAZOS
Tras una noche de copas, Julián Quiñones (goleador del equipo) y William Palacios se liaron a golpes. La versión inicial indicó que Palacios comenzó la trifulca con otras personas y Quiñones, en busca de separar, sufrió una cortadura en dos dedos de la mano derecha; sin embargo cuando pasaron las horas se descubrió que no fue así.
Ambos delanteros colombianos se pelearon. Uno sacó un cuchillo que terminó afectando a ambos, pues Julián sufrió una lesión en dos dedos y William tuvo una cortadura arriba de la oreja izquierda. Al final, Palacios fue dado de baja y Quiñones sancionado internamente.
FRACTURA EN EL ARCO
Una de las posiciones apuntaladas en su ascenso fue la portería comandada por Lucero Álvarez, quien reforzó el arco poblano tras su paso por Alebrijes de Oaxaca. En la jornada 3, cuando visitaron a Gallos Blancos de Querétaro, iban arriba en el marcador 3-0, pero en una salida chocó con la cabeza de Everaldo Stum y eso le provocó una fractura en el pómulo izquierdo.
Esta baja trajo como consecuencia que Jorge Villalpando saliera del retiro y que el puesto titular se peleara entre Francisco Canales y el exguardameta del Puebla. Al final fue Villalpando quien ganó la partida y esa lucha interna se mantiene, pues Álvarez ya está recuperado y ha jugado con la Sub-20, aunque en el último cotejo salió a la banca.
CONFUSIÓN POR UNIFORMES
Lobos se confundió al no llevar la indumentaria previamente acordada en su juego de la jornada 9 ante Tiburones Rojos de Veracruz. Ambos clubes llevaban casacas blancas, lo que iba a provocar que no se distinguieran en el terreno, por lo que los utileros escualos tuvieron que ir por el uniforme rojo, lo que provocó un retraso de 30 minutos.
Al final, la Comisión Disciplinaria impuso una sanción a los universitarios por 75 mil pesos.
SEPARACIÓN E INDISCIPLINA
Luis Quiñones sufrió un desgarre en la pierna derecha que lo alejó de las canchas, pero el cafetero tomó la decisión de no asistir a la rehabilitación, lo que enfureció a la directiva y lo terminó separando definitivamente de la institución.
Al mismo tiempo, Julián Quiñones recayó en una disciplina y lo relegaron a la Sub-20 y el equipo de la Liga Premier. Con la Sub-20 disputó un partido y respondió con dos goles. Esto, más sus ganas en los entrenamientos, resultó en su reinstalación en el primer equipo.
NUEVO RETRASO
En su visita a Toluca, en la fecha 10, César Cercado sufrió una cortadura en la cabeza como consecuencia de un testarazo en el primer tiempo. El cuerpo médico lo curó rápidamente con una venda en la cabeza y con la que pudo jugar lo que restó de la primera parte.
En el descanso le modificaron el vendaje. Cercado terminó por salir 10 minutos después mientras los jugadores de los Diablos Rojos ejercían presión hacia el cuerpo arbitral. Cuando se reanudó el cotejo, el zaguero se equivocó y provocó una falta. El silbante central le sacó la segunda amarilla y fue expulsado.
BYE A LA LUZ
Cuando ya se disputaba el Lobos BUAP vs. Xolos de Tijuana de la jornada 10, tras una anotación de vestidor de los fronterizos, tres de las cuatro lámparas que iluminan el Estadio Universitario BUAP sufrieron un apagón, que trajo un retraso de casi una hora.
Aunque el cotejo nunca estuvo en peligro de ser suspendido, la presión del comisario hacia los directivos universitarios estuvo presente. El apagón fue provocado por una sobrecarga que se dio en Ciudad Universitaria, donde está ubicado el inmueble donde juega Lobos.