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MÉXICO - El delantero Mauro Boselli, del León, tiene todo a favor para asegurar su tercer título de mejor goleador del fútbol mexicano y sumarse así a una selecta e histórica lista, cuando se juegue la última jornada de la fase regular del torneo Apertura 2017. En caso de concretarse como el máximo anotador del presente certamen, el argentino se pondría al nivel de leyendas como Carlos Hermosillo, Luis García, Enrique Borja, entre otros con tres títulos de goleo. Y a uno de jugadores como Sebastián Abreu, Christian Benítez, José Saturnino Cardozo y a dos de Adalberto "Dumbo" López. Muy lejos sigue y seguirá el brasileño Evanivaldo Castro "Cabinho" con 8 trofeos. Boselli, que anota un gol cada 130,55 minutos en el Apertura, suma 11 dianas y saca una de ventaja al colombiano Avilés Hurtado, del Monterrey, y dos al ecuatoriano Enner Valencia (Tigres), el argentino Julio Furch (Santos Laguna) y el colombiano Julián Quiñones (Lobos Buap). Después de haber ganado la corona de los goleadores de los torneos Apertura 2014 y 2015, Boselli ha sido el delantero más letal del campeonato y tratará de redondear su actuación este sábado cuando su equipo, quinto de la clasificación, reciba al campeón Chivas de Guadalajara, decimoquinto.  El peruano Raúl Ruidíaz, campeón goleador de los dos torneos anteriores, comenzó la temporada lesionado y aunque se recuperó y mantuvo una frecuencia de un gol cada poco más de 159 minutos, sus ocho anotaciones lo mantienen casi descartado de la posibilidad de sumar su tercer título seguido de mejor artillero. Además de Ruidíaz, que llega luego de formar parte de la selección peruana que se clasificó a la Copa Mundial de Rusia 2018, otros con ocho dianas son el mexicano Víctor Guzmán, del Pachuca y el brasileño Camilo Sanvezzo, del Querétaro. Sanvezzo, quien compartió con Boselli el liderato del Apertura 2014, ha sido el delantero más efectivo del campeonato con un gol cada 109,38 minutos, pero el trofeo de máximo goleador se lo llevará el de más tantos y esta vez el brasileño tiene tres goles menos que el argentino, una diferencia abismal a falta de una jornada.
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