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Los cambios de Matías Almeyda en Chivas que pocos conocen

GUADALAJARA -- Verde Valle, sede de Chivas y sus fuerzas básicas, no es el mismo desde que Matías Almeyda llegó a Guadalajara… y Chivas tampoco lo es. El argentino que arribó a mediados de septiembre de 2015 a la ciudad, cambió de manera radical una organización que peleaba por descenso y que ahora cosecha títulos.

El técnico del Guadalajara modificó de manera radical la vida en el club rojiblanco. Sus cambios inmediatos lograron una conjunción que no solamente permeó al grupo de futbolistas, sino también a todo el personal. Desde el primer día eliminó jerarquías, rompió jetaturas y diferencias en el grupo.

“Aquí todos somos iguales”, y lo demostró con hechos: para Almeyda, no hubo diferencias entre el empleado administrativo y su centro delantero; entre los cancheros y sus zagueros centrales.

Desde los primeros días de trabajo sorprendió que el técnico realizara labores correspondientes a los utileros: colocar conos, organizar el material de trabajo dentro del campo, guardar los balones en su respectivo costal o jalar el carrito con bebidas rehidratantes eran signos que sorprendían a todos en Verde Valle.

“Esas cosas llamaron mucho la atención de todos”, cuenta un empleado del club a ESPN Digital. “Sobre todo porque estas cosas no pasaban antes. ¡Qué esperanzas que el técnico anterior se pusiera en el mismo nivel que uno! Y menos ponerse a convivir con los empleados”, recuerda cuando relata un torneo de penales con los empleados que cuidan de los campos del club.

Otro empleado de la organización revela cómo fue la cena en el primer viaje del equipo, con Almeyda al frente. “Recuerdo perfecto que en el salón donde cenaba el equipo había varias mesas y se formaban grupos Matías ordenó una sola mesa vikinga para todos. Lo sorprendente fue que incluyó en la comida del grupo a todo el staff que viaja con el plantel, eso nunca ocurría antes. Primero comía el equipo y después el resto, ese fue un gran gesto de unidad, mostrando que nadie está por encima de los demás”, recuerda.

Pese a que mide a todos con la misma vara, desde el primer día puso mayor atención a los jóvenes que suben al primer equipo. Vulnerables en un entorno voraz, precedidos de exultantes actuaciones en el campo, alabados por los medios de comunicación y con familias aturdidas por la fama y el dinero de la noche a la mañana, Almeyda los cobijó con especial atención.

Así ocurrió con Javier López. 'La Chofis' estuvo bajo la tutela del argentino, logró que su madre se mudara a Guadalajara para estar cerca de él y su hermano -quien también sigue en formación en la cantera-, y sobre todo lo alejó de la prensa. Misma situación ocurrió con José Juan Macías y Jesús Godínez, los mantuvo centrados solo en su desempeño deportivo.

En ese afán de cobijar a los jóvenes pidió a otros canteranos, como Ángel Zaldívar o Carlos Cisneros, que cuidaran sus gastos. Insistió en evitar despilfarro en autos de último modelo y en reafirmar su empeño en el estudio, incluso a aquellos que ya tienen un lugar en el primer equipo, siempre desde el convencimiento y nunca como un medida “militar” pese a una declaración pública que hizo el mismo técnico. “Conmigo, el que no estudia no juega”, afirmó alguna vez en conferencia de prensa refiriéndose a los jóvenes.

Actualmente, integró a los cuatro equipos de fuerzas inferiores a los entrenamientos (Tercera y Segunda División, Sub 17 y Sub 20). De esta forma visualiza de cerca el crecimiento de los jóvenes sin referencias de otros técnicos y eso le ha ayudado a impulsarlos.

Entre otras acciones que se han hecho bajo su gestión, reedificó la estructura del club. Reubicó el gimnasio en donde antes había un salón de usos múltiples pues hay mayor iluminación y es más íntimo. Se construyeron dos comedores de primer nivel: uno para jugadores y otro para staff y empleados –este último no existía antes-, las habitaciones donde viven los canteranos se remodelaron por completo y el técnico tiene su propia oficina en el segundo piso del vestidor de Primera División, con la puerta abierta para quien guste entrar; eso sí, Almeyda nunca pisa el vestidor de jugadores. “Ni por error se mete, respeta mucho nuestro espacio”, confiesa un futbolista.

Matías Almeyda reconstruyó Verde Valle por fuera y por dentro, pero sobre todo, humanizó a toda la organización. Esa fue la clave para que Chivas lograra siete finales, de las cuales ya ganó cinco, convirtiéndose así en el técnico más exitoso de las últimas décadas en el Guadalajara.