Después de rehabilitarse de una rotura de ligamento anterior cruzado de la rodilla, el mediocampista mexicano Miguel Aguilar y el LA Galaxy II renovaron su contrato para la temporada 2018 de la USL.
Miguel llegó sin documentos a California cuando tenía 11 años de edad, junto a su madre Carmen, y gracias a la ley de Acción Diferida para Migrantes Menores de edad (DACA, por sus siglas en inglés), promulgada por el entonces presidente Barack Obama, en 2012, logró graduarse de la Universidad de San Francisco.
Con la administración de Donald Trump se terminó el programa, por lo que el futbolista estuvo en riesgo de ser deportado. Sin embargo, la condición migratoria de Aguilar cambió, ya que se casó con una ciudadana estadounidese y obtuvo la tarjeta verde de residente permanente.
Aguilar llegó al club angelino después de jugar dos temporadas con el D.C. United. El jugador de 24 años de edad jugaba en la Universidad de San Francisco, donde era compañero de equipo del actual defensor del Galaxy, Dave Romney.
Aguilar anotó 15 goles y nueve asistencias en la universidad y fue llamado al primer equipo de la Conferencia de la Costa Oeste en su último año de universidad. Fue seleccionado por el United en el 2015 SuperDraft de la MLS, en la decimoquinta ronda.
El centrocampista nacido en México disputó 23 partidos en dos años con el United, pero solo cuatro como titular. Jugó solo 90 minutos en la temporada regular de la MLS 2016. Aguilar fue firmado por el Galaxy a cambio de la elección natural de cuarta ronda del Galaxy en el SuperDraft 2018 de la MLS.
"Es lamentable que Miguel haya estado fuera de juego la temporada pasada, estábamos seguros de que sería un gran activo para nuestro equipo. Pero trabajó duro en su recuperación y confiamos en que será una gran parte de nuestro equipo en 2018", dijo Mike Muñoz, entrenador en jefe de LA Galaxy II.
Desafortunadamente se rompió el ligamento cruzado anterior en el juego inaugural de la temporada de la USL el 25 de marzo de 2017. Aguilar estuvo disponible para el final de la temporada, saliendo de la banca y jugando siete minutos.