Sigi Schmid le dijo a ESPN FC que "probablemente fue la mejor decisión" que lo reemplazaran como director técnico del LA Galaxy, aún cuando el equipo se encuentra a tres puntos de alcanzar los lugares de playoffs cuando restan seis juegos por disputarse.
"Con el cambio de técnico, siempre viene un impulso", dijo vía telefónica en una entrevista exclusiva. "Estábamos planeando ser muy defensivos en los seis últimos juegos. Así que con esos dos factores quizá sea suficiente para empujar al equipo a los playoffs".
A principios de semana, el presidente del equipo Chris Klein dijo que la decisión de reemplazar a Schmid se había tomado de manera "colectiva" entre el propio Schmid y la directiva. Cuando se le cuestionó si era el caso y quién se acercó a quién para sugerir la salida, respondió: "Eso, realmente, lo debe responder el Galaxy".
Sobre si estuvo de acuerdo con la decisión, dijo: "Estás de acuerdo con algunas cosas y con otras, no, pero, al final del día, probablemente fue la mejor decisión".
Schmid, quien ha lidiado con su salud en los años recientes, agregó: "Mi salud no tiene nada que ver (con la decisión de cambiar de técnico".
El Galaxy ha vivido una temporada de altas y bajas. Una racha de nueve victorias en la liga del 2 de junio al 29 de julio dejó al equipo en tercer lugar de la Conferencia Oeste, con 35 puntos. Pero una mala racha de seis derrotas, después, los hizo caer al octavo lugar del standing, a tres puntos de distancia de los seis lugares finales para el playoff, con dos juegos más que el sexto lugar, Seattle Sounders. Defensivamente, el equipo ha sido un desastre esta temporada, con 54 goles recibidos, cifra con la que empatan en el segundo peor registro de la MLS.
En el medio de esas batallas, fuentes cercanas al equipo han pintado a una organización con la que Schmid se estrelló en términos de decisiones sobre el personal. Klein dijo a principios de semana que Schmid tenía absoluto control de esa área.
Cuestionado sobre si era el caso, Schmid dijo: "Ellos pueden responder eso. No voy a ir a ese tema".
Después, Schmid sugirió que hubo, al menos, desacuerdos en otras áreas.
"Les había dicho que mi meta era un proyecto de dos años y entonces me iría con una infraestructura mejor de la que encontré", dije. "Pienso que se nos permitió cumplirlo en ciertas áreas y en otras no ha pasado todavía".
Cuando se le cuestionó por qué no había cumplido los objetivos en todas las áreas, Schmid dijo: "Yo no tengo la última palabra".
¿Quién lo detenía?
"Ustedes pueden hablar de ello".
Un reporte de L.A. Times señaló que Schmid no era popular entre los jugadores, y la derrota del equipo por 6-2 ante Real Salt Lake en su último juego pareció descontrolarlo todo, aunque Schmid negó que haya perdido el control del vestidor.
"Por la forma en que trabajábamos, Dominic Kinnear (técnico auxiliar) interactuaba con ellos un poco más", dijo. "Pero, para mí, ha sido siempre el rol del técnico auxiliar. El técnico es el que dice 'no vas a jugar', y el auxiliar es el que va con el jugador y le dice, 'conserva la cabeza clara y sigue trabajando. Así funciona, uno es tu amigo, otro es tu enemigo.
"En cualquier equipo habrá jugadores que están contentos conmigo y otros que no. Pienso que había algunos muchachos a disgusto conmigo, sí. Pero eso es normal. No pienso que el equipo dejara de intentarlo en algún punto".
Las fuentes también dijeron que Schmid se estrelló con Zlatan Ibrahimovic y que su relación con los jugadores se había deteriorado al punto de que dejó de hablar con ellos después de los juegos, pero Schmid negó ambas aseveraciones.
"Pienso que toba iba genial entre Zlatan y yo. Era una relación profesional, hablábamos de muchas cosas. No había cosas en las que no estuviéramos de acuerdo. El estaba decepcionado porque estábamos concediendo goles y yo también".
Schmid habló de su comunicación con el equipo.
"Hablamos después del juego contra Salt Lake y después del juego contra LAFC", dijo. "No sé de dónde viene eso. Pudo haber algunas veces en las que no pude hablar con ellos, si estábamos en gira, a veces no hablaba con el equipo hasta llegar al hotel para la cena. Era más fácil porque estaríamos juntos en cualquier caso. Después de Salt Lake, hablé con ellos en el vestidor antes de que se fueran. Muchas veces, en gira, lo hice, pero eso es normal".