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MADRID -- Julen Lopetegui le quita lo "dulce" a la transición. El técnico vasco, quien se estrena este jueves al frente de la selección española en el encuentro amistoso ante Bélgica, ha dado un paso más allá en el cambio generacional iniciado por Vicente del Bosque. Y, sin embargo, se mantiene en el camino trazado por el último campeón. En su primera prueba al mando, parece haber optado por un proyecto continuista pese a los notorios cambios en cuestión de nombres. O precisamente debido a ello, pues hace dos años que ese cambio generacional se había echado a andar. El vasco, simplemente, ha metido el acelerador. Lo primero que hizo fue llegar a un acuerdo con los directivos de la Federación Española de Futbol para conservar a parte del cuerpo técnico de la gestión anterior, sobre todo, al preparador de porteros José Manuel Ochoterena. Lo segundo, reunirse con los nuevos capitanes. Veteranos que a diferencia del nuevo núcleo duro nunca habían estado a sus órdenes. Sergio Ramos, David Silva y Sergio Busquets, quienes ante un nuevo capítulo se han mostrado "ilusionados" con el proyecto, pero sobre todo, han insistido en que el "cambio" pasa, en realidad, por algo sutil y no esa revolución que España está esperando. "La filosofía de Del Bosque y de Lopetegui es similar. Hay cosas que hicimos bien en el pasado y otras que debemos mejorar. Hay que mirar hacia adelante con optimismo", señaló Sergio Busquets en rueda de prensa celebrada este miércoles previo al último entrenamiento del equipo en Bruselas. Por su parte, Lopetegui insistió en que "no se trata de cambiar algo concreto, es cuestión de ordenar el potencial tan grande que tiene este equipo". Si hay un cambio llamativo se reduce a los nombres. En el grupo de 24 hombres (incluido Saúl, a quien compartirá con la sub-21) que inician esta nueva etapa hay hasta once cambios con respecto al grupo que disputó la Eurocopa 2016, pero solo hay dos debutantes en potencia, el mediocampista del Atlético y el arquero Adrián San Miguel. El resto han sido convocados al menos en una ocasión en los últimos dos años. La España que acudió al torneo de Francia presentaba una media de 27 años; siete de los 23 jugadores tenían 30 años o más y solo dos bajaban de los 23: Héctor Bellerín (21) y Sergio Rico (22), ambos ausentes en esta ocasión. La España de Lopetegui no ha rejuvenecido llamativamente. Presenta una media de edad de 26.8 años, con tres jugadores de 30 o más, y en la que predominan los jugadores nacidos entre 1987 y 1989. Sólo cuatro -Alcácer, Morata, Saúl y Marco Asensio- tienen 23 años o menos. En cuestión de estilo, las modificaciones son pocas. El 4-2-3-1 utilizado por Del Bosque en el último encuentro frente a Italia mutará en el 4-3-3 preferido por Lopetegui. Persiste la duda entre quién será quien el que acompañe a Thiago y Busquets en el centro de la cancha, Saúl o Koke, y quién será el encargado del gol, Morata o Diego Costa. Tentativamente, la formación española no debería diferir mucho de la formada por David De Gea, Dani Carvajal, Piqué, Ramos, Alba, Busquets, Saúl (o Koke), Thiago, Nolito, Vitolo y Morata (o Diego Costa). Los cambios radican, sobre todo, en la creación, donde Thiago heredó el '10' de Fábregas y Koke (en caso de ser elegido) tendrá una difícil prueba volviendo a una posición en la que ha jugado poco en el último año, y los costados, donde Dani Carvajal, Nolito y Vitolo deberían dar dinamismo y velocidad. Lopetegui sabe que tiene unos zapatos difíciles de llenar como sucesor del técnico más longevo y exitoso en la historia de España, Vicente del Bosque, quien dejó el equipo tras 114 partidos oficiales dirigidos con un récord de 86 victorias, 10 empates y 17 derrotas desde que asumió el cargo en 2008, además de haber conquistado un Mundial y una Eurocopa. Un hombre que en 20 años de carrera como entrenador dirigió 358 partidos con un saldo del 60% de victorias y una media de dos puntos por partido. Lopetegui, como sus hombres, representa a la 'nueva generación'. Recién cumplidos los 50 años, apenas ha dirigido 78 partidos en la elite, todos al frente del Porto, y 43 partidos en categorías inferiores desde 2010, con 74% de victorias y 2.37 puntos de media por partido. Cifras destacables, pero sin la experiencia no sólo de Del Bosque, sino de cada uno de los entrenadores españoles en los últimos 20 años.
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