Fútbol Americano
Rigo Cervantez | ESPN Digital 7y

Que nadie se suicide por una derrota en partido molero

Perder un partido amistoso, no es como para aplicar la pena capital, ni como para desgarrarse las vestiduras, ni lanzarse al vacío desde algún puente de autopista.

Aunque, como ya se sabe, quienes gustan de circular por los extremos, van empezar a exigir que rueden las cabezas.

Al fin, son los que nunca quedan contentos, ni cuando el Tricolor gana. Porque, recordemos, en algún momento, a México se le llegó a considerar como el Campeón Mundial de los Amistosos.

¿Y acaso sirvió de algo?

Aquí, este sábado, en el Coliseo Memorial, frente a Croacia, lo que intentó Juan Carlos Osorio, más allá del resultado, fue realizar un ensayo general para la presentación de la Compañía Teatral Tricolor, en dos escenarios, casi en forma simultánea.

Un acto circense, en dos pistas.

Porque México, un país futbolero sin paralelo en todo el mundo, por la cantidad de encuentros en los que participa, aunque, también es cierto, muchos de esos compromisos resultan en verdaderos partidos moleros.

Además, como que ya viene siendo tiempo de que aprendan a jugar, digo… Con tantos encuentros disputados, parece que no se les queda nada en la memoria futbolística, en el hard drive.

Pero, de igual forma, se debe aplaudir el intento del estratega colombiano, por buscar otro tipo de propuestas, con aspectos tácticos por demás interesantes.

Al final, si los solistas no interpretan adecuadamente la partitura, no es su culpa.

Por ejemplo, en los saques de esquina de los croatas, que tuvieron varios antes de hacer sus dos goles, el equipo verde no se metía todo en su área para defender.

Dejaba a tres hombres, generalmente, a Lozano, a Erick Gutiérrez y al ‘Patrullero’ Elías Hernández, apostados en la línea de media cancha, uno por el centro y los otros abiertos, pegados a las líneas, desentendidos completamente del quehacer defensivo.

La idea es interesante.

Porque, en principio, eso obliga a tres elementos del equipo rival a mantenerse en medio sector, marcando a los jugadores mexicanos.

Y en instancias en que Croacia solo defendió con dos jugadores, la superioridad numérica del equipo verde, abrió la gran posibilidad de madurar un buen contragolpe, que al final no prosperó, debido a un despiste del órden técnico de algún jugador.

Pero, eso, ya es harina de otro costal.

El hecho es que las ideas están ahí. Pero hay que ejecutarlas y hay que hacerlo bien.

Es por eso que esta clase de partidos deben ayudar a mejorar el funcionamiento del Tricolor.

¿Cuál, el de la Copa de Oro, o el de la Confederaciones?

Del que sea, eso es lo que menos importa.

Porque viendo la alineación que presentó de inicio Osorio, no fueron once que luzca como candidato a intervenir en el torneo veraniego de Rusia.

Tampoco era el equipo que disputará la Copa de Oro de la Concacaf.

Sino, todo lo contrario, ya que el común denominador del once inicial, fue que predominaron jugadores de equipos que no fueron a la liguilla.

Porque a la Confederaciones, ya se saben, va ir un equipo integrado con unos 13 futbolistas del ámbito europeo, más Gio dos Santos.

A ellos se sumarían Talavera, Rafa Márquez, Araujo, Molina, el Chuky Lozano, Jurgen Damm, Orvelin Pineda, Oribe Peralta, o algo por el estilo.

Mientras tanto, lo que no falló, fue el buen ambiente que se vivió en el Coliseo, del que participaron unos 3 mil aficionados vestidos con camisetas de tableros de damas chinas.

Eran parte de una comunidad de casi 100 mil integrantes de esa comunidad europea, residentes en el sur de California.

Por cierto, volvió a escucharse, repetidamente, el tristemente célebre grito, ese que inventaron los mexicanos, dedicado a los porteros, cuando despejan el balón.

Y en este caso, muy en particular, tengo que concluir en que el portero de Croacia, Lovre Kalinik, es un provocador.

Porque con esa vestimenta que portaba, un rosa encendido, desgraciamelaretina, lo menos que se podía esperar, es que la tribuna la cantara el ya célebre grito de “¡Ehhhh pulpo!”.

Era un rosita que nada qué ver con el muy varonil rosa mexicano…

Por cierto, con todo eso que ví y escuché, se me antoja lanzar al aire una pregunta, que, ojalá, llegue a oídos de Doña FIFA, esa señora de orejas castas, manos limpias y bolsillos aún menos pecaminosos.

¿A quién le caerá la multa por los actos, supuestamente homofóbicos, irreverentes, y valemadrosos de la concurrencia al Coliseo Memorial?

Se antoja pensar que no castigarán ni multarán a México.

Porque ni el Tri, ni la Femexfut, que es el miembro afiliado a la Fiforrea, eran los organizadores del partidito en cuestión.

¿Acaso multarán a Soccer United Marketing?

¿A la US Soccer, por ser los dueños del territorio, futbolísticamente hablando, donde se disputó el encuentro?

¿Al Coliseo Memorial?

¿A USC, que es la entidad que lo administra?

¿Al equipo Los Angeles FC, que está construyendo su nuevo estadio, que será como el hijito del Coliseo, al fin que la nueva franquicia de la MLS tiene a un grupo de inversionistas cargados de dólares?

¿Acaso a los croatas?

Y ya, hablando de otras cosas, el Chuky Lozano no apareció en el juego.

Estaba por la banda izquierda y, tal vez, lo encandiló el sol.

Aparecía en la banda opuesta a la toma de las cámaras de la televisión, para Estados Unidos.

El que sí apareció, como siempre, fue el Chicharito, para hacer su gol, como siempre, y de hace forma hacer menos vergonzosa la derrota y para superar a Jared Borgetti como goleador histórico del Tri.

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