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Selección Mexicana con ritmo de juego de la alemana

MÉXICO -- Entre el Mundial de Brasil 2014 y el que se avecina en Rusia 2018, la Selección Mexicana se ha olvidado de las vacaciones en el verano.

La razón, en cada uno de los años posteriores a la justa de Brasil, ha disputado de a dos certámenes por año, con lo que el descanso de los jugadores, después de temporadas de 10 meses con sus clubes, ha sido imposible.

La actividad constante en el Tri ha causado que los futbolistas tengan un ritmo de competencia parecido al que tienen algunos de los jugadores con más partidos en las piernas en el mundo, de selecciones que también han disputado torneos veraniegos como Eurocopa o Copa América y Copa Confederaciones.

“Por carga de competencias, entrenamientos y descanso obviamente debe haber un equilibrio porque cualquiera de los tres aspectos son sumamente importantes. Es un tema que FIFA ha planteado la inquietud de que tiene que haber un descanso considerable en competencias de 10 meses, de torneos largos. En Europa los torneos que son largos, por reglamento, tienen 25 o 30 días de vacaciones obligadas para después comenzar sus pretemporadas”, compartió con ESPN Digital el preparador físico Daniel Ipata.

En el caso de la Selección Mexicana, en 2015 jugó Copa América y Copa Oro; en 2016, disputó Copa América Centenario y a algunos les tocó jugar también en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, mientras que en este 2017 participó en Copa Confederaciones y actualmente lo hace en Copa Oro.

Si a eso se le suman los numerosos juegos amistosos que hay al año, junto a las eliminatorias mundialistas, el descanso en el Tri se ha convertido en algo imposible con miras a la justa de Rusia del siguiente año.

“El descanso es un requerimiento reglamentado por parte de las Federaciones, pero también es una exigencia del futbolista, que sabe que luego de emplearse en una competición, necesita de ese mes para el descanso físico y mental”, analizó Ipata, sobre la necesidad de los jugadores de tener al menos entre 25 y 30 días de completo descanso para reponerse y comenzar una nueva temporada.

Algunos de los jugadores del combinado mexicano que más actividad han tenido desde que finalizó el pasado Mundial de Brasil son Oribe Peralta (166 partidos), Héctor Herrera (159) y Javier Hernández (144), quienes tienen un ritmo de competencia similar al que tienen algunos de los futbolistas con más partidos en el mundo, aunque lo que lo equilibra, justamente es la actividad de Selección Mexicana.

Si eso ocurre en México, donde cada año hay competencia a nivel de selección, una potencia como Alemania planificó el periodo entre Mundiales de manera diferente.

Joachim Low, entrenador de la ‘Mannschaft’, explicó en la pasada Copa Confederaciones que desde que ganó el Mundial de 2014, ya sabía que para 2017 debía darle descanso a sus estelares, considerando que en 2016 disputarían la Eurocopa y en 2018 otro Mundial, por lo que frenar un par de años (2015 y 2017), era lo más conveniente para llegar a tope o al menos no con un plantel tan cansado.

“Después de ese periodo de competencia de 10 meses aproximados, mínimo son necesarios 20 días de vacaciones, aunque lo ideal son 30 días de vacaciones”, reflexionó el especialista Ipata al respecto.

Lo que compensa el ritmo de competencia entre alemanes y mexicanos, por ejemplo, es que unos juegan alrededor de 60 o 70 encuentros por temporada con sus clubes, mientras que los otros lo equilibran con la actividad del combinado nacional, aunque con periodos más cortos de vacaciones y muchos más viajes acumulados por la cantidad de competencias disputadas.

“Cada caso es particular y hay que ver la carga que recibe cada jugador, por eso existen equipos multidisciplinarios que determinan niveles de fatiga para saber si pueden responder a la exigencia. Estas situaciones no son muy frecuentes y por un tiempo determinado no volverá a suceder”, recordó Ipata.