SAN LUIS POTOSÍ -- San Luis Potosí no fue inmune al grito que a la Federación Mexicana de Futbol le han costado constantes sanciones económicas de parte de FIFA.
En el primer intento, los gritos fueron divididos. Unos intentaron con el ‘México’ y otros tantos continuaron con la tendencia de replicar la palabra que es catalogada como homofóbica por FIFA.
El portero trinitario tomaba el balón y de inmediato la afición se preparaba para la acción recurrente. Movían las manos, azotaban los pies en las gradas y gritaban.
Por momentos resaltó más el nombre del país y otras tantas el insulto hacia el meta de Trinidad y Tobago. Fue un saldo dividido. Lo que no cambió fue el ritual para prepararse y actuar.
A través del sonido local, como ocurre en el Azteca, se pedía que exclamaran México y a partir del cuarto intento, en cada despeje del portero trinitario ya resaltaba en las bocinas el grito de México. Toda la noche fue una lucha pareja entre los que mantenían la tendencia y los que cambiaron la manera de apoyar.