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Hace menos de dos años, la carrera de Jefferson Farfán parecía haber terminado. El internacional peruano se fue de los Emiratos Árabes Unidos en octubre de 2016 tras haber jugado apenas 12 partidos para Al Jazira durante un período realmente infeliz, interrumpido por varias lesiones. En aquel entonces, hacía un año que no jugaba con la selección nacional y le estaba resultando difícil encontrar un nuevo club a los 32 años. Farfán se vio obligado a entrenar solo durante tres largos meses, procurando mantenerse en forma a la espera de una oferta improbable. Si alguien le hubiera dicho que está a punto de convertirse en una estrella en Rusia en más de una manera, probablemente no lo habría creído. Y, sin embargo, en un increíble giro del destino, eso es exactamente lo que sucedió. Farfán ahora es el favorito de los hinchas de Lokomotiv Moscú tras haber desempeñado un rol clave en la conquista del primer título del club desde 2004. No es de extrañar que su contrato haya sido recientemente renovado hasta 2020. Además, tuvo un emotivo regreso a la selección nacional y ayudó a Perú a clasificarse al Mundial por primera vez desde 1982. Haciendo historia en todos los frentes, Farfán está prosperando. Esta insólita aventura comenzó en enero de 2017, cuando Erik Stoffelshaus fue contratado como director deportivo de Lokomotiv. El especialista alemán pasó ocho años de su carrera en Schalke, donde Farfán fue uno de los grandes favoritos de los hinchas de Gelsenkirchen entre 2008 y 2015. Las constantes lesiones del peruano terminaron limitando sus contribuciones durante sus últimas temporadas en la Bundesliga, pero Stoffelshaus conocía bien su talento y su carácter. No dudó en contratarlo como agente libre. Stoffelshaus llevó a Farfán a Moscú pocos días después de haber asumido su cargo a pesar de que figuras claves del club se oponían, sobre todo el entrenador de Lokomotiv Moscú, Yuri Semin. "No tengo ninguna duda con respecto a Farfán. Es un futbolista magnífico y único, y los hinchas de Schalke lo adoraban", dijo Stoffelshaus en aquel entonces. "Su mentalidad es increíble, y siempre quiere ganar. Un equipo necesita jugadores como él". A Semin no le gustaba la idea de fichar a un sudamericano veterano y tendiente a lesionarse, que no había jugado con regularidad durante dos años. Aparentemente, el entrenador ni siquiera había oído de Farfán antes, ya que solía llamarlo Forlán en los entrenamientos y las conferencias de prensa. Farfán, quien llegó a Rusia en pleno invierno y quedó impactado por las bajas temperaturas, no esperaba quedarse mucho tiempo. De todas maneras, no estaba en condiciones de partido, y recién debutó en abril. Sin embargo, hubo compañeros que notaron su potencial de inmediato. "Todo el mundo sabía que Semin no quería a Farfán en el equipo, y eso era un problema", recordó el capitán de Lokomotiv, Igor Denisov. "Tuve varias conversaciones con el presidente Ilya Gerkus y le dije que Jefferson tenía que encontrar una manera de comunicarse con el entrenador, ya que podría ser muy valioso para Lokomotiv". "Siempre dije que es un jugador de primera. Es evidente por cómo la toca, por la manera que mueve los pies, por la forma en que entrena".  Denisov definitivamente tenía razón, pero hay que darle mucho crédito a Semin por haber cambiado de parecer. El técnico de 71 años fue lo suficientemente flexible como para evaluar al jugador de manera objetiva en contra de su voluntad, y por esto fue generosamente recompensado. En los comienzos de la temporada 2017-18, el delantero de Brasil, Ari, se desgarró los ligamentos de la rodilla y Lokomotiv se quedó sin un delantero central decente en su escuadrón. Farfán en un principio fue considerado un lateral, pero, Semin se vio obligado a usarlo en un rol central – y lo cierto es que el cambio funcionó de maravillas. Sin el ritmo rápido que convirtió a Farfán en una de las mayores estrellas en Eredivisie la década anterior, el peruano fue menos eficiente en el lateral, pero su experiencia, visión y lectura táctica le permitieron encontrar su lugar como un delantero central y convertirse en uno de los principales astros de la liga rusa. Eso quedó en evidencia el julio, cuando Farfán anotó un peculiar cabezazo en la victoria por 3-1 ante CSKA Moscow. Lokomotiv lideró en el marcador al comienzo, pero nadie los tomó realmente en serio hasta el partido más importante de la temporada en octubre. El país quedó pasmado cuando los jugadores con la camiseta roja y verde destrozaron a los grandes favoritos, Zenit, por 3-0 en San Petersburgo. Farfán fue la Estrella del show ese día, anotando dos veces y proporcionando una asistencia suprema a Aleksey Miranchuk. "No es de este mundo", dijo Denisov. Semin estuvo totalmente de acuerdo: "Jefferson comprende cuáles son nuestras necesidades y está listo para jugar en todas las posiciones. Él ya me ha dicho que lo puedo poner en el arco si es necesario. Ese es un enfoque me gusta mucho. Es un verdadero profesional que piensa primero en el equipo". Después del triunfo ante Zenit, Farfán pasó a ser imparable e incluso un calendario increíblemente insano no lo detuvo. En noviembre, viajó a Wellington y luego a Lima para formar parte de unos partidos de eliminatorias de la Copa del Mundo contra Nueva Zelanda y anotó su primer gol con Perú desde 2015. Luego regresó a Moscú, anotó para Lokomotiv contra Copenhague en la Europa League, antes de volar nueve horas en cada dirección hacia Khabarovsk, en la frontera con Corea, para un partido de la temporada regular. Sorprendentemente, el peruano anotó también allí en condiciones gélidas sobre una cancha en estado calamitoso. "Es un muchacho realmente duro que nunca se rinde", dijo Semin. Farfán convirtió 14 goles en todas las competiciones camino a un sensacional triunfo por el título de Lokomotiv Moscow – su primero después de una década, mientras que ganó cuatro en Holanda con PSV Eindhoven entre 2005 y 2008. La próxima temporada, regresará a la Champions League por primera vez desde 2014, pero este mes será el más emotivo de toda su carrera. La histórica experiencia mundialista espera a Perú, y Jefferson es el líder espiritual del equipo, junto con su buen amigo Paolo Guerrero. Podrá explicarles a sus compañeros de equipo todo acerca de Rusia, y el sobrenombre "Forlán" tampoco es algo que lo afectará, dicho sea de paso. Farfán tomó el error de Semin con humor, y el hecho de que el verdadero Diego Forlán haya ganado el Balón de Oro en Mundial de 2010 definitivamente es algo que ha pasado por su mente. ¿Los peruanos podrán replicar la performance de los uruguayos en Sudáfrica? Hace un par de años, pensar en algo así hubiese sido ridículo. Ahora, Farfán es un jugador al que hay que tomar en serio, eso algo que él se ha ganado y se lo merece.
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