Fútbol Americano
Damián Didonato 6y

Arrancó la Copa del Mundo

Ahora sí. Empezó la Copa del Mundo. No en todos los Mundiales se da que el segundo día de competencia ya tiene uno de los que sin dudas será considerado como un partido inolvidable del torneo. En el fútbol tampoco es usual que el encuentro más esperado colme las expectativas. Y mucho menos que las supere de forma tan contundente como las superó el extraordinario Portugal 3-3 España.

Fue el duelo perfecto. El choque entre dos estilos elevados casi a la perfección. Tuvo todo lo que se desea de un encuentro mundialista entre dos potencias y el resto de las selecciones deberá exigirse al máximo para imitar lo hecho por españoles y lusos. En el cuarto partido del torneo, la vara quedó muy alta. Y está bien que así sea.

Está claro cuáles son los estilos. Por un lado, la Roja y su fútbol asociado, generoso con el espectáculo y cuya razón de ser es la búsqueda colectiva del área rival. Por el otro, el conjunto de Fernando Santos, sólido en defensa, efectivo e inteligente para darle a Cristiano Ronaldo la importancia y la libertad necesaria para que sea el mismo crack de Real Madrid.

Con estos elementos, es fácil pensar que el partido que se dio era una consecuencia lógica. Que no había manera de que no sea lo que fue. Sin embargo, hay un elemento que condiciona: el miedo. En el fútbol actual, la presión juega en contra de las buenas decisiones y nubla las decisiones. Entonces, el hecho de no traicionarse más allá de la responsabilidad de un partido de este tenor se convierte en una virtud que debe ser reconocida.

Perder al entrenador a dos días del debut en un Mundial y comenzar abajo en el marcador a los dos minutos de juego puede romper la confianza y llenar de dudas a cualquier grupo. Para muchos, España incluso dejó de ser candidato después de la salida insólita de Julen Lopetegui. Imaginen lo que habrán pensado aquellos hombres de poca fe cuando Cristiano abrió el marcador. Lo que no tenían en cuenta era el convencimiento de los españoles en su idea. Juegan de memoria más allá de los técnicos y las circunstancias. Por eso se recuperaron y estuvieron a punto de lograr la victoria.

Por su parte, Portugal llegó como campeón de Europa pero nadie lo daba como candidato serio a ganar la Copa. Hasta hoy. Más allá de algunos errores colectivos, quedó claro que el título en Francia no fue una alegría pasajera. Santos formó un equipo confiable, que sabe potenciar al mejor futbolista europeo del siglo. Incluso, por momentos lo llevó a España a un territorio desconocido y puso las condiciones del partido.

El duelo colectivo fue muy interesante por las diferencias de estilos y porque en determinados momentos del juego, ambos fueron merecedores de la victoria y así lo mostró el marcador. Pero más allá de eso, fue una individualidad la que terminó de definir el resultado. Cristiano jugó el mejor partido de su vida en un Mundial, ya picó en punta para ser el goleador y dejó en claro que no vino a Rusia a pasear. Que vino a ganar la Copa, así de simple. Y todos sabemos que cuando se propone algo, la mayoría de las ocasiones lo logra.

El 5-0 de Rusia a Arabia Saudita fue una buena forma de comenzar la Copa del Mundo. Hoy, Uruguay le ganó a lo Uruguay a un Egipto sin Salah e Irán logró una victoria postrera ante Marruecos que desató una fiesta nacional. Todos estos partidos tuvieron sus momentos interesantes, pero el Mundial comenzó con el espectacular 3-3 entre España y Portugal. Ya podemos decir que Rusia 2018 tiene su primera imagen que quedará en el recuerdo.

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