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BARCELONA -- Francia ganó, decepcionando, en su debut frente a Australia pero dejó sobre el papel más dudas que certezas. Didier Deschamps apostó por un tridente ofensivo sin la presencia de un ‘9’ claro (Oliver Giroud) y más allá de la movilidad de Mbappé y el liderazgo, bastante mediocre, de Antoine Griezmann, se hizo un auténtico embrollo en el ataque porque de Ousmane Dembélé apenas hubo noticias. Mejor en el papel que en el campo, a Les Bleus el estreno se les convirtió en una suerte de suplicio del que sobrevivieron gracias a la tecnología impuesta en este Mundial. El árbitro dio validez al penalti sufrido por Griezmann a través del VAR en la primera decisión tecnológica en la historia de los Mundiales, y el curioso remate de Paul Pogba botó dentro de la portería tras estrellarse en el travesaño... como tantos otros en tiempos pasados que no fueron validados por el simple ojo del árbitro de turno. Australia, un equipo más británico de lo que probablemente será la propia Inglaterra, se le atragantó a Francia y le provocó problemas, no muchos pero sí muy acentuados, cada vez que se acercó por el área de Hugo Lloris, cuya agilidad felina fue providencial en el primer tiempo para evitar unos males mayores que cerca estuvo de padecer por la actuación de un Samuel Umtiti que no disfrutó, precisamente, de un debut feliz en Rusia. Un día después de que Luis Suárez pasara con más pena que gloria por el triunfo uruguayo sobre Egipto, en la victoria francesa se señaló la mediocre aportación del central azulgrana, que perdiendo hasta tres balones por alto hizo su actuación más destacada a los 61 minutos, cuando aún disfrutaban los franceses del gol de Griezmann y no tuvo mejor idea que desviar con la mano un centro al área de Lloris. Ahí ni hubo necesidad de consultar con la tecnología porque el penalti fue clamoroso y el empate de Jedinak recuperó el sinsabor e incomodidad de una Francia alejada, de manera alarmante, de su propia idea futbolística. La fortuna llamó después a la puerta y le concedió esa victoria, tan necesaria como ajustada para debutar con buen pie. SIN NOTICIAS DE DEMBÉLÉ
No fue un estreno para echar cohetes de Les Bleus. Y entre tantas dudas hubo jugadores especialmente señalados. La pareja Kanté-Pogba se quedó muy lejos de lo esperado, Griezmann fue sustituido de manera sorprendente después de una actuación muy discreta en general y si Umtiti estuvo mediocre atrás, adelante a Ousmane Dembélé casi ni se le vio. El delantero azulgrana pasó por el partido de puntillas, con apenas tres intervenciones directas en el juego y sin esa electricidad que de él se espera. Tal fue así que cuando Deschamps solventó su sustitución pareció que Francia ganaba un jugador más que un cambio.
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