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¿Qué tan lejos llega Francia en su intento por ganar el Mundial?

KAZAN -- El partido inaugural de la selección de Francia en el Mundial de Fútbol, disputado este sábado contra Australia, se inició a la 1:00 p.m. hora local. Fue un comienzo algo temprano para sus jugadores, quienes están acostumbrados a jugar sus partidos más importantes al final de la tarde o principios de la noche y cuando se le preguntó a Hugo Lloris, capitán y arquero de Francia, sobre el impacto que causa en los jugadores el comenzar el encuentro antes de que la mayoría del pueblo francés terminara su almuerzo, éste sonrió.

"Significa que sólo comemos una vez", dijo. "Tuvimos un desayuno con más comida en la mañana".

La frase causó risas, pero se trata de algo más importante de lo que suena. Francia, un equipo repleto de talento dinámico, es uno de los favoritos para ganar el torneo y luego de perder en la final de la Eurocopa hace dos años, ha asumido la importancia de los detalles en lo que respecta a su preparación.

La han asumido de verdad, verdad.

Patrones de sueño, nutrición, protocolos de recuperación… Todos estos aspectos están siendo controlados al mínimo detalle por la federación francesa. Y el que quizás sea el ejemplo más extremo, hasta controlan la temperatura del agua que están bebiendo los jugadores franceses, ajustándola dependiendo del clima de ese día en particular.

Por ejemplo, la temperatura durante el pitazo inicial de la victoria 2-1 sobre los australianos fue de 19 grados Celsius (aproximadamente 66 grados Fahrenheit). Dado el hecho que las temperaturas en el terreno son generalmente unos pocos grados mayores en estadios grandes, los jugadores franceses posiblemente estaban bebiendo agua enfriada a 5 grados Celsius (41 Fahrenheit), ya que esa es la temperatura prescrita en días con calor mayor a los 20 grados. Si juegan un partido en temperaturas más frías que se encuentran por debajo de 10 grados Celsius (50 Fahrenheit), su agua potable será llevada a 12 grados Celsius, o 56.3 grados Fahrenheit.

Toda esta información se puede obtener en un documento de 14 páginas suministrado a los jugadores franceses previo a su concentración mundialista. Fue creado por Gregory Dupont, ex entrenador de musculación y acondicionamiento en el Lille y el Glasgow Rangers, quien fuera contratado por la federación francesa como jefe de investigación y desempeño deportivo en marzo pasado.

Dupont es sumamente activo en la comunidad académica y ha publicado artículos en varias revistas científicas con respecto a la recuperación atlética, lesiones y la forma en la cual los equipos deberían manejar las exigencias físicas hechas a sus jugadores.

En un artículo publicado el mes pasado, autoría conjunta de Dupont y seis otros colegas, denominado "Monitoreo de la Fatiga post-partido en el fútbol profesional: Bienvenidos al mundo real", los autores indican que es innegable el hecho que "la participación en un partido de fútbol conduce a molestias agudas y transitorias en lo subjetivo, bioquímico, metabólico y físico durante las horas y días siguientes". Por ende, es necesario replantearse la forma en la cual los jugadores preparan sus cuerpos.

Aunque es cierto que en el mundo del deporte, las rutinas son a menudo sagradas, incrustadas en la mente de los jugadores y equipos. Entonces, tal y como dicen los autores, "la aceptación por parte del entrenador, cumplimiento de los jugadores y la carga logística pueden ser problemáticos". Aunque ese no parece ser el caso aquí.

El seleccionador francés Didier Deschamps ha alentado que Dupont asuma la mayor responsabilidad en cuanto a la preparación física del equipo y Dupont no ha sido tímido al respecto. Existen ahora tres categorías de alimentos para los jugadores: los "Energéticos", tales como el arroz, pasta o muesli; los de "Protección", como los vegetales, chocolate negro y frutos secos y los de "Construcción", que incluyen proteínas tales como pollo, pavo y huevos.

Tras una larga sesión de entrenamiento, se requiere que los jugadores ingieran dos alimentos de cada categoría en su comida post-entrenamiento. Tras sesiones cortas, sólo necesitan dos de la categoría de protección y uno de energía.

En el día de los partidos, las cosas son diferentes. Australia jugó contra los galos de forma más fuerte de lo que muchos esperaron el sábado, congestionando su mediocampo y frustrando a los delanteros franceses en sus intentos por llegar al arco. El césped parecía estar un poco más alto de lo normal, haciendo que los pases fueran menos precisos y los futbolistas se mostraban como si estuvieran obligados a laborar más fuerte.

Luego de culminado el partido, los franceses recibieron (tal y como lo indica el programa de Dupont) dosis de agua con sodio y smoothies de frutos rojos para así ayudar al inicio del proceso de recuperación. También acudieron a la tina fría, con la temperatura del agua ajustada entre 10 y 12 grados Celsius.

Cuando los jugadores vuelvan a sede de concentración ubicada a las afueras de Moscú, regresarán a sus habitaciones personalizadas: sus nombres y retratos dibujados en las puertas, almohadas a la medida, además de varias imágenes de ellos en acción en la cancha colgadas sobre sus camas. Todo está diseñado a fin de hacer que los jugadores se sientan cómodos por las noches, cuando Dupont les exige evitar cualquier interacción con pantallas (de televisión, teléfonos o tabletas) antes de ir a dormir y recomienda por lo menos 10 horas de sueño cada noche.

Presumiblemente, tras escapar de un difícil cotejo con una victoria sufrida el sábado, el sueño de los jugadores franceses será pacífico. Después contarán con solamente cuatro días de recuperación antes de enfrentarse a Perú en su segundo encuentro el jueves, para volver a su rutina precisa y exacta; la cual, según Deschamps, les da comodidad a los jugadores mientras intentan seguir su camino en este torneo tan exigente.

Quizás de forma apropiada, utilizó una analogía con la comida para describirlo.

"La idea es mantenernos concentrados, relajados y así jugar", afirmó. "Sabemos bien cómo prepararnos. Vamos a morderlo con todos nuestros dientes, como si fuera una buena manzana".

Julien Laurens colaboró con el presente informe.