Fútbol Americano
Damián Didonato 6y

Cueva, el símbolo de Perú

SARANSK (Enviado especial) -- El ya legendario ciclo de Ricardo Gareca en la Selección de Perú tiene varios jugadores clave. Figuras que más allá de su importancia futbolística se transformaron en emblemas de una generación que logró devolver a la Albirroja a la Copa del Mundo. Hay ejemplos en cada línea del equipo y uno de ellos es Christian Cueva, pieza fundamental para el Tigre desde su llegada al banco nacional.

El mediocampista trujillano se destacó como uno de los principales responsables de la clasificación a Rusia 2018 y en el partido debut contra Dinamarca fue, quizás, el protagonista principal. Por lo bueno y por lo malo. Esta vez, el niño de la película fue héroe y villano al mismo tiempo.

En el esquema sólido y organizado del Tigre, Cueva representa el desorden necesario para validar la búsqueda de equilibrio. Es quien goza de la mayor libertad de movimientos y de decisión y quien tiene menos obligaciones defensivas. Sin un jugador como Cueva, ninguna idea podría prosperar porque él es de los que definen los partidos. Por todo eso es tan importante en este ciclo.

Ante Dinamarca en el impresionante estadio Arena Mordovia de Saransk, el actual hombre de Sao Paulo jugó por detrás de Jefferson Farfán en el esquema 4-2-3-1. Como siempre, lo hizo libre, más parecido al antiguo enganche que a los modernos interiores. Cuando el dibujo pasaba al 4-4-2, no era Andre Carrillo quien ocupaba el lugar de segundo punta, sino el propio Cueva. En el comienzo del partido, Perú salió con todo a poner condiciones. Lejos de refugiarse, se plantó en campo rival y manejó el juego. En ese contexto el ex Universidad de San Martín fue vital.

De tan impetuoso, Cueva en ocasiones se pasó de revoluciones. Y lo mismo cabe para Perú como equipo. El debut en una Copa del Mundo y los 36 años sin jugarla representan un peso muy difícil de medir. Está claro que para la Albirroja este compromiso tenía un peso singular, aunque esto no pesó en la resolución de salir con todo a atacar. Sí en la toma de decisiones.

Se dijo más arriba que Cueva fue el "principal protagonista" de la derrota frente a Dinamarca. ¿Por haber fallado el penal? Sí, pero también por su capacidad para reponerse y seguir intentando, más allá de chocar contra una pared o no. Y por su coraje para hacerse cargo del tiro más pesado de las últimas décadas para el deporte de su país.

La actuación del trujillano sirve para explicar el partido de Perú: buen comienzo, un momento muy cerca de la gloria, bajón en el segundo tiempo y aceleración sobre el final. El diez es tan símbolo de esta Selección que hasta vivieron las mismas circunstacias. Porque las lágrimas del final del primer tiempo no eran sólo por la ocasión desperdiciada, sino también por los años de espera.

El fútbol a veces se pone un disfraz tan infame que castiga a aquellos que más trabajaron por una causa. En este caso, fueron algunos pequeños errores de jugadores clave los que provocaron la caída en el regreso a un Mundial. Cueva con su penal a las nubes, Farfán con fallas en la definición, Alberto Rodríguez en defensa y Edison Flores en el centro.

Al final del juego, el más afectado por el resultado era, por supuesto, Christian Cueva. "Estoy triste porque tuvimos las oportunidades para ponernos 1-0 conmigo en el penal. Un poco triste por eso porque fue una responsabilidad muy grande. La asumí y ahora solo me queda trabajar el doble". El mensaje del final debe ser escuchado por todo Perú. Allí también Perú y Cueva deben parecerse.

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