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KAZÁN (Enviado especial) -- Tras la imprevista derrota ante Japón en el debut en la Copa del Mundo, la Selección Colombia se apoyó en dos conceptos: optimismo y experiencia. Sin tiempo para lamentos, deberá afrontar un partido definitorio mucho antes de lo pensado. Contra Polonia, el equipo de José Pekerman necesitará estar muy fuerte en lo anímico y que los jugadores de mayor rodaje tiren del carro para impulsar a los más jóvenes. Esa idea fue la que se notó en la conferencia del Ski resort Kazán. Horas después del encuentro disputado en Saransk, los nombres que asistieron a la rueda de prensa en el lujoso lugar de concentración sirvieron para entender el momento del grupo. Radamel Falcao García y Abel Aguilar se hicieron cargo y dejaron en claro que el grupo está muy bien y listo para olvidar rápido el mal trago del debut. "Obviamente los experimentados tenemos la obligación de aportar más porque ya vivimos muchas cosas y por eso hoy estamos aquí", afirmó el capitán. Antes del comienzo del campeonato, Pekerman elogió las diferencias de edades que tiene su plantel. Dijo que tener muchos jóvenes sirve para agregar frescura y que los más veteranos son clave para apuntalar. Más allá de eso, en la alineación contra Japón decidió poner una buena cantidad de futbolistas debutantes en un Mundial. Johan Mojica y Jefferson Lerma, que ni siquiera participaron de las Eliminatorias, fueron la cara visible de esto, aunque también hicieron su primera aparición Davinson Sánchez, José Izquierdo y Radamel Falcao. En el banco quedaron Christian Zapata, Abel Aguilar y James Rodríguez. El plan no funcionó en primer lugar porque la expulsión de Carlos Sánchez condicionó todo. Pero esa no fue la única razón. El equipo se movió sin una idea clara, atacó solo por arrestos individuales y mostró varios desacoples defensivos. Imposible medir cuánto influyó la falta de horas de vuelo, pero está claro que uno de los análisis es que es necesario volver a darle minutos a futbolistas que conozcan la sensación de jugar partidos a todo o nada. “Cada jugador que hace parte de la selección desde su lugar le aporta al equipo. Obvio que Abel, David, Sánchez, James, Cuadrado o yo llevamos más tiempo y tratamos de aportar o dar lo que cada situación o momento requiere. Hoy en día creo que es indicado que vengamos y demos la cara y estemos al frente del equipo, pero más que todo porque tenemos experiencia en la Selección", declaró el Tigre, quien se mostró muy confiado de cara al duelo frente a Polonia en Kazán. Si el DT argentino se inclina finalmente por futbolistas de mayor recorrido, el once titular podría ser David Ospina; Santiago Arias, Zapata, Sánchez, Farid Díaz; Wilmar Barrios, Abel Aguilar; Juan Guillermo Cuadrado, James, Quintero o Muriel y Falcao. La presencia del actual mediocampista de Deportivo Cali serviría para apuntalar a Barrios, quien entró bien frente a Japón pero tiene pocos minutos con la camiseta de la Tricolor. En tanto, el central de Milan ya tiene un Mundial en sus espaldas y Davinson necesita a alguien que lo sostenga. Pero no solo la experiencia en Mundiales será importante el próximo domingo. Colombia ya pasó por situaciones límite en las Eliminatorias y sabe lo que es recuperarse rápido de un resultado adverso. "Ya tenemos algunas experiencias como ante Perú, que fue difícil luego de la derrota en casa ante Paraguay, en la Eliminatoria a Brasil, en el partido con Chile. El simple hecho de estar con vida y con posibilidades en un Mundial nos da el envión anímico para los partidos que quedan", explicó el samario. En el entrenamiento realizado en el estadio de Sviyaga, todos los futbolistas trabajaron con normalidad y la noticia más grata es que a James se lo vio bien físicamente. Participó de la entrada en calor y del bobito junto a sus compañeros y no mostró signos de molestias, más allá de que la prensa solo pudo ver los primeros veinte minutos de la sesión y lo que ocurrió en la práctica formal de fútbol aún es una incógnita. Cambiar. Pekerman sabe que lo deberá hacer si quiere refrescar a la Selección y lograr tres puntos obligatorios para no quedar en las puertas de una frustración en la que nadie quiere todavía ni pensar.
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