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El infierno de Lionel Messi y la selección de Argentina

Antes de comenzar el partido, el crack argentino se cubría la cara con evidente gesto tenso. Getty Images

Messi ya está donde acostumbra cuando de la selección argentina se trata. O, peor aún, rozando el desastre a las primeras de cambio. Desde que fue eliminada en la fase de grupos del Mundial de 2002 no se veía a la albiceleste tan cerca del abismo y nunca, nunca, con Leo Messi protagonizó una fase tan lamentable como en Rusia.

Agarradas todas las esperanzas al ‘10’, Argentina se olvidó del futbol y Sampaoli fue incapaz de ordenar un sistema con una mínima lógica. Lo fió todo a Messi y después del varapalo en el debut, fue humillaada sin piedad por una Croacia que siempre supo a qué jugaba, que asistió al duelo con un plan muy determinado y que acabó jugando, sí, tal cual, con una rival vergonzante.

Sin haber excusa posible sí hay espacio para el lamento. El lamento de comprobar como Leo, antes de comenzar el partido, se cubría la cara con evidente gesto tenso mientras en la banda se podía ver desencajado, en el minuto cero, a Sampaoli. El lamento, después, de ver al capitán obligado a bajar hasta el centro del campo para tomar el balón e intentar organizar una jugada de ataque en la que sus compañeros se convertían en meros espectadores. Lamento y penar.

La pena de no ver una simple jugada ensayada en una selección sin ideas, de un grupo de jugadores desperdigados sin ton ni son por el terreno de juego mientras los rivales se multiplicaban ordenadamente en sus tareas. Messi fue, otra vez, víctima de la ansiedad. Pero también del desastre en que se ha convertido esta Argentina que queda pendiente de un milagro que se adivina utópico.

RAKITIC, FELIZ

Observar enfrente el desempeño de Rakitic acabó de producir pasmo. Si el croata es un fenomental acompañante en el Barça, en la selección croata es un protagonista estelar que, junto al magnífico Modric, completó no solo un partido perfecto sino que, más aún, demostró haber preparado a conciencia, punto por punto, clave por clave, su participación mundialista.

Mientras Argentina malvive pensando en el cómo, Croacia, de la misma manera que Islandia y como tantas otras selecciones, trabaja en un plan absolutamente definido. Croacia no depende de Modric ni de Rakitic, ni de Mandzukic ni de nadie como España no es solo Iniesta, Francia no es solo Griezmann o Brasil es más que Neymar.

Acaso podría ponerse a Cristiano Ronaldo en el mismo plano… Pero ni así, porque de hacerlo los 4 goles marcados en 2 partidos por el jugador portugués muestran tanto la impotencia de Messi como la realidad de que Portugal, campeona de Europa, es, también, infinitamente mejor que esta Argentina que ya está en el infierno.