MOSCÚ -- En su primera Copa del Mundo en 20 años, Marruecos tuvo una horrible colección de resultados para mostrar sus esfuerzos dentro y fuera del terreno de juego.
La condena pública de la FIFA, el jueves, hacia el marroquí Noureddine Amrabat por cuestionar la integridad de un árbitro estadounidense, aumentó el sentimiento de injusticia nacional a lo largo de nueve difíciles días en Rusia.
El primer equipo eliminado de la competencia superó en varias ocasiones a Portugal e Irán, pero no tiene goles ni puntos después de dos derrotas por 1-0.
Marruecos tampoco será anfitrión de la Copa del Mundo 2026. El impresionante cabildeo en Moscú la semana pasada, no cumplió el objetivo de superar la candidatura de Estados Unidos, Canadá y México que fue claramente favorecida por los líderes de la FIFA.
El organismo rector del futbol mundial continuó siendo duro con Marruecos desde que los integrantes de las federaciones votaron para darle una clara victoria al grupo de Norteamérica en la víspera del torneo.
Marruecos también fue criticado este semana por la FIFA por un "manejo cuestionable" de un aparente caso de conmoción que involucró a Amrabat.
La experiencia de la Copa del Mundo le ha dejado muy poco por qué festejear a la orgullosa nación del Norte de Africa.
"Hay una cosa de la que estoy seguro y es que toda la gente de Marruecos está muy orgullosa de su equipo", dijo el técnico Herve Renard, el miércoles, después de perder ante Portugal.
Muchos de los alrededor de 25,000 fanáticos en el Estadio Luzhniki, y más en casa, hablaron de lo que consideraron decisiones arbitrales injustas.
"Sentimos que estábamos jugando en Casablanca", dijo Renard. "Algunas personas manejaron todo el camino a Moscú. Es algo que nadie les va a poder quitar".
La respuesta molesta del técnico a un desafío terminó en una conferencia del árbitro Mark Geiger por exigir una revisión de video para otorgar una penalización.
Ese incidente también se centró en Amrabat, cuyo reclamo en una entrevista de televisión posterior al juego enfureció a la FIFA. El jugador de Marruecos señaló que Pepe le dijo que Geiger había pedido que le consiguieran la camiseta del defensor portugués después del partido.
"La FIFA condena inequívocamente las acusaciones", dijo el órgano rector en una fuerte refutación. "A la FIFA le gustaría recordarles a todos los equipos su deber de respetar todos los principios del juego limpio".
Días antes, la FIFA hizo notar un "manejo cuestionable" por parte del staff de Marruecos sobre una lesión en la cabeza de Amrabat, contra Irán, después de caer con la cara contra el césped. Sucedió tarde en un partido en el que Irán ganaría en el tiempo de descuento cuando el delantero de Marruecos, Aziz Bouhaddouz, cabeceó el balón hacia su propia red.
El personal médico que trataba de hacer que Amrabat regresara a la acción le dio unas palmadas en las mejillas mientras lo levantaba como a un boxeador desorientado.
"La FIFA abordará este asunto con la marroquí (federación de futbol)", dijo la FIFA el jueves sobre la decisión de Marruecos de seleccionar a Amrabat nuevamente solo cinco días después.
Desafiando preocupaciones generalizadas, Renard describió a Amrabat como un "guerrero", y el jugador sugirió que era el más capacitado para juzgar su estado físico.
La Federación de Marruecos no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el jueves.
El último juego de la fase de grupos de Marruecos, en el B, será contra España, su vecino cercano en Europa con quien podría compartir una futura Copa del Mundo.
Pocas horas después de la derrota por el voto de 2026, el rey marroquí Mohammed VI ordenó una campaña renovada para asegurar el torneo 2030. Existe una especulación de colaboración con España y Portugal en una propuesta de tres naciones que, si bien tiene sentido geográfico, necesitaría que la FIFA permita ser anfitriones a lo largo de los continentes.
Después de cinco propuestas fallidas desde la década de 1980, nada parece fácil para Marruecos en la Copa del Mundo.