Jorge Sampaoli llegó hace un año y nunca pudo consolidar un equipo. Terminó confundido, sin autoridad y alejado de los jugadores.
La eliminación de Argentina en el Mundial deja un ciclo cumplido para muchos jugadores. Y para el entrenador Jorge Sampaoli.
Hace poco más de un año, el hombre de Casilda era presentado como DT del equipo nacional. Comenzaba una nueva esperanza, que se fue diluyendo poco a poco y terminó de desgastarse en Rusia. La caída ante Francia fue el punto final de un proceso para el olvido.
El comienzo, sin embargo, fue auspicioso. En el debut le ganó nada menos que a Brasil en un amistoso: 1-0 con un tanto de Gabriel Mercado. Luego, un partido de “entrenamiento” ante Singapur, donde Argentina goleó 6-0 a un rival sin pergaminos.
Pero en las Eliminatorias recién hubo triunfo en el último partido de la serie. Tras empatar ante Uruguay en el estadio Centenario, luego con Venezuela de local y con Perú en La Bombonera, llegaron los tres goles de Messi en Ecuador para conseguir el pasaje a Rusia.
Más tarde, ya en partidos de preparación, un triunfo 1-0 ante Rusia y una caída ante Nigeria, por 4 a 2, abrieron los interrogantes. Que se hicieron más grandes cuando luego de ganarle a Italia 2 a 0, Argentina cayó por un catastrófico 6 a 1 ante España.
La goleada ante Haití en Buenos Aires fue simplemente un partido para despedir al equipo de la gente, más que para intentar probar a una Selección con pretensiones serias.
Con dudas, y muchas, se llegó a Rusia. La primera ronda fue una de las peores, la peor, sin dudas, tras la eliminación en Japón Corea de 2002.
Un técnico desbordado, inseguro, que cambió de nombres y de esquema todo el tiempo, que confundió a los jugadores y que nunca se animó a hacer los cambios de fondo que exigía este presente de la Selección, terminó sin autoridad y con el “doble comando” de los futbolistas.
Los históricos le pidieron cambiar nombres y sistema y el DT aceptó, perdiendo así toda autoridad. Con ese panorama, era difícil ver un futuro exitoso en el equipo nacional.
La caída ante Francia, previsible a pesar de la ilusión que generó la remontada, le puso fin a un ciclo: el de Sampaoli. Aunque el técnico tiene contrato hasta 2022 y haya dicho en la conferencia post partido que no evalúa renunciar, está claro que será difícil continuar luego de tantos desaciertos y de un vínculo quebrado con los futbolistas.
Pero en el fútbol argentino todo es posible. Y habrá que seguir esperando para ver qué pasa con el entrenador que encabezó este gran fracaso.