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MOSCÚ (Enviado especial) -- Cuando Yerry Mina saltó por arriba del imperio británico y marcó el gol del empate a los 47 minutos del segundo tiempo, toda Colombia pensó que el sueño de volver a alcanzar los cuartos de final de la Copa del Mundo iba a ser una realidad. Esa certeza no estuvo solo apoyada en el simple deseo de hincha, sino también en la principal virtud de este equipo: su fortaleza mental. La Selección no mostró continuidad en su juego pero sí carácter para reponerse de situaciones complejas. Ese es el capital más importante ganado en Rusia 2018. Fue el sexto Mundial de la Tricolor y el tercero en el que supera la fase inicial. Por primera vez en la historia, logró la clasificación en dos ocasiones consecutivas y logró el objetivo de mantener el prestigio ganado en Brasil. Más allá del resultado y de la tristeza por no haber aprovechado una oportunidad inmejorable, el seleccionado colombiano se va con la frente en alto y con enorme confianza en el futuro. En el camino, el conjunto de Pekerman afrontó momentos que pusieron a prueba el espíritu colectivo. Y los superó. El mismo día que la delegación pisó Kazán llegó la primera mala noticia. James Rodríguez, el líder futbolístico, trajo una fatiga muscular desde la gira de Italia y no llegó a tiempo para recuperarse y jugar en el debut contra Japón. Esa ausencia le abrió las puertas al mejor jugador del campeonato, Juan Fernando Quintero. El hombre de River Plate se hizo cargo de la creación y jamás le pesó esa tarea. "¿Por qué iba a pesar?", respondió cuando le consultaron acerca de eso. Sin el número diez, Colombia salió a la cancha del Mordovia Arena y a los tres minutos ya jugaba con diez y perdía 1-0 frente a Japón. Rusia 2018 no pudo haber comenzado peor. Con Juan Fer como emblema, el equipo reaccionó y se fue al descanso 1-1. Con más energía que fútbol logró emparejar un encuentro que se presentó hostil desde el minuto uno. El sacrificio no fue suficiente en el complemento y el cuadro nipón se quedó con la victoria. La reacción a minutos de una caída inesperada marcó la pauta de lo que sería el camino en esta Copa. Todos los futbolistas colombianos pasaron la página de forma inmediata. "Hay que mirar para adelante", "nos vamos a recuperar" fueron algunas de las frases más escuchadas en la zona mixta posterior al duelo ante Japón. Esa confianza fue la que acompañó a la Selección durante la Copa y la piedra fundamental de los triunfos contra Polonia y Senegal. Se ha hablado durante años de los problemas de los seleccionados colombianos para mantener resultados, para ganar en situaciones límite. Esta generación ya había demostrado en Brasil que ese flagelo ya no era tan traumático y lo reafirmó en Rusia. Algunos dirán que la derrota invalida esto, pero el encuentro ante Inglaterra también es una muestra de si fortaleza anímica. En cuanto a los rendimientos individuales, sin dudas los mejores fueron Yerry Mina y Juan Fernando Quintero. El defensor de Barcelona no fue titular en el choque frente a Japón, en el que no funcionó la dupla Davinson Sánchez-Óscar Murillo. Ante Polonia Pekerman se decidió por el chocoano, quien no lo defraudó. Potenció a Sánchez y marcó el gol que abrió el camino de la victoria. Su nivel se mantuvo en los compromisos siguientes y dejó una certeza: para los próximos cuatro años, la Tricolor tiene una dupla de centrales sólida, confiable y ya probada en una Copa del Mundo. No muchos equipos pueden decir eso. Quintero fue el principal responsable de que la baja de James no se note demasiado. La Selección jugó a su ritmo en todos los partidos. Sólo Pekerman lo tenía en cuenta y esa fe fue respondida en el campo de juego. Un gol, un par de asistencias y decenas de pases clarificadores fue el saldo del número veinte que en realidad fue diez. Otro que estará en el proceso rumbo a Qatar 2022. El futuro del cuerpo técnico es una incógnita y aún no es tiempo de especular al respecto. Lo único real es que José Pekerman llegó hace seis años para cambiar la mentalidad de la Selección Colombia y lo logró. Su ciclo es el más exitoso de todos los tiempos por resultados en Mundiales y también por el legado. El futbolista colombiano ya sabe lo que es jugar y ganar en instancias definitivas. Y eso es algo que sólo se valorará de forma justa en el futuro.
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