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Umtiti, el héroe inesperado

Samuel Umtiti, quien en 22 partidos disputados con la selección francesa había anotado dos goles en sendos amistosos contra Inglaterra e Italia, se convirtió este martes en el héroe inesperado de los ‘Bleus’, al conseguir el tanto con el que el equipo de Deschamps, 20 años después, consiguió el billete para la final del Mundial.

Acostumbrados los focos a Griezmann o Mbappé, a Pogba e incluso a Lloris, el central del Barcelona vivió su momento eterno a la salida de un corner botado por Griezmann, adelantándose en el salto a Fellaini y conectando un excepcional remate de cabeza ante el que no pudo responder el excepcional Courtois.

Francia repitió, de hecho, el guión de 1998. Si entonces fue Lilian Thuram quien tomó el protagonismo reservado a los cracks para marcar en la semifinal contra Croacia los goles que le dieron el pase a la final a la Francia de Zidane, ahora fue otro defensa, Umtiti, el señalado por la providencia.

Quiso ganar Francia y, también, quiso hacerlo Bélgica. Fue un partido digno de la grandeza de la ocasión con dos equipos atrevidos, verticales y brillantes que se fueron estrellando ahora contra Courtois, ahora contra Lloris, un toma y daca constante en el que a la solvencia y electricidad gala respondieron los Diablos Rojos con la espectacularidad dirigida por Hazard, al frente las operaciones que acabaron por demostrarse inútiles ante la excelente defensa del grupo de Deschamps.

Fellaini, precisamente un jugador que tiene un juego aéreo soberbio, anduvo entre lnto y despistado en el momento de la verdad. Como quien no quiere la cosa, Umtiti se colocó algo alejado de la corona del área pequeña y en cuanto voló el balón centrado por Griezmann entró con todo, con un remate tan poderoso como inalcanzable para Courtois.

Y que se convirtió en definitivo, a la postre, para explicar la mínima diferencia entre el ganador y el perdedor. Futbolista de pocos goles (solo suma dos con el Barça en 83 partidos oficiales), Umtiti alcanzó la gloria en San Petersburgo.