|
Los hermanos Fernanda y Juan Pablo Abraham partieron de México rumbo a Rusia con un kit que incluía una bandera mexicana, dos botargas y dos sombreros, uno rojo y otro azul, sin pensar que este último, además de los muñecos terminarían en las manos de Benjamin Mendy, futbolista de Francia, quien a cambió les regaló su playera ya con las dos estrellas de campeón del mundo.  Antes de tomar su avión hacia tierras mundialistas decidieron comprar los sombreros en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad México. Pagaron mil pesos por ambos, sin saber el significado que iban a tomar días después.
Su plan solo incluía la semifinal y la final del certamen. En el primer partido comenzaron a tener relación con la familia de los jugadores franceses: “Tuvimos la oportunidad de conocer a los familiares en la semifinal de Bélgica vs. Francia. Nos encontramos la familia de Pogba, les regalamos una camisa de México”, contó Fernanda en entrevista para ESPN. En la antesala del partido por el campeonato obsequiaron el sombrero rojo y decidieron quedarse con el azul para apoyar a Francia en la final: “Ese fue un regalo a un guardia ruso, un chavo de mi edad, que nos había tratado muy bien, nos había dejado bajar un poquito más a tomarnos unas fotos. Cuando platiqué con él me dijo que tenía 20 años”, compartió Juan Pablo.  Los hermanos acudieron al Estadio Olímpico de Luzhnikí con la ilusión de ver su segunda final de un Mundial, pues hace cuatro años estuvieron en la de Brasil: “Llegamos al partido, teníamos muy buenos lugares. Cuando Francia ya estaba celebrando vimos que la gente se empezó a ir, pero había gente que estaba bajando, le dije a mi hermano que bajáramos, que nos acercáramos para cambiar el sombrero. Empezamos a pensarlo y a dudarlo porque había mucha gente, luego nos aventamos”.
Fernanda relata el momento en que vieron de cerca su objetivo: “Nos dimos cuenta que los familiares de los jugadores, de Griezmann, de Lemar y de todos estaban a un lado, a la derecha y vimos que Griezmann estaba con su hijita, le gritamos, pero no volteó, estaba Pogba con sus familiares, igual en la cancha, le gritamos, pero no volteó”. El joven de 20 años, seguidor de los Citizens, aprovechó su 1.90 metros de estatura para llamar la atención mientras se estiraba con el sombrero y gritaba desde las gradas: “Bejamin Mendy, Manchester City. Ven y tómate una foto con nosotros”. Tras varios intentos a los que se sumaron brasileños y argentinos: “Se nos acerca el jugador, vio que le estábamos ofreciendo el sombrero, le dije que me diera una calceta o espinillera y se quita la camiseta, ese está loco. Nos dice ‘no tiene nombre, una disculpa’, a mí no me importa tiene dos estrellas con mucho gusto le estiramos el sombrero, se lo pasamos, estábamos felices celebrando”, con emoción el hermano recuerda que el festejo duró poco, pues no se tomaron foto con el futbolista, por lo que comenzaron con otra misión.  “Nos dimos cuenta que le hija de Mendy estaba allá. Entonces le empezamos a hacer señas ofreciéndole el muñeco, la niñita vio que le dijimos que llame a su papá, le fue a tocar el hombro, fue cuando Mendy volvió, vio que éramos nosotros otra vez, se acercó, mi hermano le pasó el muñeco y fue ahí donde nos pudimos tomar la selfie”.
Juan Pablo se queda con el gesto que tuvo el jugador del equipo que sigue en la Premier League: “Estuvo muy padre porque pareciera que Mendy jugó el Mundial para tener ese sombrero de charro, porque lo cambió así enseguida, nos dio la de las dos estrellas”. Las sorpresas para los hermanos siguieron cuando abandonaban el inmueble finalista, pues se volvieron a encontrar con los familiares de los futbolistas: “Los felicitamos, los saludamos, un gusto verlos de nuevo, porque a la novia de Florentin Pogba ya la habíamos visto, muy amable, estaba sonriendo, se acordaron que les habíamos regalado la camisa”. Fue en ese momento donde dieron la última botarga que les quedaba: “Mendy tiene dos muñecos, porque teníamos otro más y le dije a la que era su novia o esposa, tu esposo fue un caballero, te regalo este para tus nenes disfrútenlo y ellos súper alegres, tomándose fotos, platicando, recordaron que nosotros estuvimos en el otro partido, se reían de nosotros”. Tras abandonar el estadio las pulsaciones comenzaron a alterarse de nuevo al ver los festejos de los franceses en redes sociales: “Cuando vimos que en el camión Pogba y Griezmann tenían el sombrero nos pusimos a gritar como locos, no lo podíamos creer. Muy bonito, que le hablaron a Carlos Vela que jugó con Griezmann, es que Carlos Vela le dejó algo a Griezmann cuando jugaban con la Real Sociedad”. Los Abraham, que aún se encuentran en Rusia, tienen “asegurada” la playera, misma que para ellos significa: “El esfuerzo y el compañerismo que tuvimos nosotros los hermanos y la gente. Esa camisa tiene un valor sentimental muy grande. La queremos enmarcar y dejarla en algún lugar de nuestra casa para que toda la familia la pueda ver y disfrutarla”.
|
