Fútbol Americano
Paola Núñez | ESPN Digital 6y

Luis Enrique descarta que sea antimadridista y garantiza respeto

MADRID -- Luis Enrique comenzó por desmontar mitos. La designación del asturiano como entrenador de España cimbró la capital española; hubo regocijo entre aquellos que reconocían a un técnico experimentado y ganador. Y temor entre quienes no distinguen entre política y futbol – o peor, la identificación con los colores de un club con lealtad al equipo nacional. Los que temen que esa animadversión al Madrid como ex jugador y ex entrenador del Barcelona pueda influir en sus decisiones.

Luis Enrique tuvo que empezar por quitarse el cartel de “antimadridista”. “No soy anti nada. Soy el seleccionador de todos los españoles. Es un gran orgullo para mí”, dijo durante su presentación como entrenador de España, su presentación en la Ciudad del Futbol en la capital española.

Y como tal, negó que la continuidad de jugadores de peso en el vestuario esté sujeta a sus colores. Comenzando por el capitán Sergio Ramos, particularmente después de que la figura del capitán – el jugador de campo con más partidos disputados, 156 – quedase debilitada tras el cisma causado por el despido de su antecesor en el cargo, Julen Lopetegui.

“Los capitanes son los que más partidos llevan y si llevan tantos partidos significa que tienen mucho nivel. Yo no lo voy a cambiar. Máximo respeto. Que yo sepa no tengo ningún problema con ningún jugador – que yo sepa – tengo muchas ganas de dar mi primera lista”, dijo el entrenador.

Pero Ramos, habitual primer llamada del entrenador para todo lo relacionado con la selección, no ha sido contactado. Ni por el técnico ni la Federación. Luis Enrique explicó que se debe, prácticamente, a que no le ha dado tiempo. Pero ha dejado un mensaje: tomará en cuenta su opinión. Pero más, que tanto Ramos como el resto sigan las “pautas de comportamiento” que desde ahora imperarán en el equipo español.

“No hay ningún problema; el único motivo que haya sucedido esto es porque necesito adaptarme. Es un cambio que no excluye a los jugadores ni mucho menos; ellos son los que serán protagonistas. Respeto lo que haya podido suceder en el pasado. Consensuaré con los capitanes. Con Sergio Ramos, con el que sea, pero también considero que hay que respetar otra manera de hacer las cosas y de opinar”, comentó Luis Enrique, que sobre la continuidad tras un Mundial desastroso del portero David De Gea (quien, por cierto, nunca se ha vestido de blanco), prefirió no responder.

Sí tuvo palabras, y más suaves, para Andrés Iniesta. Lamentó que su ex pupilo anunciara su retiro como internacional tras el Mundial, pero dijo respetar su decisión.

“Ha sido un hermano pequeño cuando éramos compañeros; después, el que más ayudó al cuerpo técnico. No solo por juego sino por comportamiento. Y si uno de los mejores de la historia mundial decide dejarlo hay que respetarlo. Me hubiera encantado tener al Andrés Iniesta de los 25 o 26 años y disfrutar su futbol. Hay que respetar a los jugadores en esa decisión dura pero que es entendible”, afirmó.

En cuanto a Gerard Piqué, dejó entrever que esperará para intentar convencerlo para que vuelva a la selección.

“Se ha pronunciado hace dos años. Yo creo que hay que analizar cada caso de manera individual. Yo quisiera contar con todos; Gerard ha mostrado gran rendimiento. Supongo que hablaremos y a partir de ahí llevar a los mejores disponibles y respetar el sentimiento de cada jugador. Ya ha pasado tiempo, pero yo creo que puede ser positivo si pasa un poco más y hablaremos”, dijo.

El técnico insistió en que cada caso debe ser analizado de manera “individual” y actuar en consecuencia de lo que requiera la personalidad el jugador pues “algunos necesitan collejas y otros el abrazo”.

Abrazos que no tuvo, por ejemplo, para Jordi Alba. El único conflicto visible del entrenador con un jugador, pues fue Luis Enrique quien lo condenó a la banca en Barcelona.

“No he tenido problema con ningún jugador; a partir de ahí no tengo nada más que decir”, dijo, ya en un tono más seco, con respecto a Alba.

Y eso que Luis Enrique quiso iniciar en paz, hasta en su relación con los medios de comunicación, usualmente tensa.

“Hay mucha expectación con esto; voy a intentar tratarlos como soy yo siempre. Soy bastante cercano pero en una posición como esta, intentando ser lo más profesional posible, seguramente no el más simpático porque no creo que tenga que serlo. Voy a hacer mi trabajo lo más profesional que pueda”, afirmó.

Luis Enrique también tuvo que recordarle al mundo de dónde viene y quién es. Pues en plena era de crispación política no falta aquel quien lo señala como “antiespañol”. Como le ocurre a Gerard Piqué. Acusado de independentista por expresar ideas a favor de un “referéndum” por la autodeterminación de Cataluña. La diferencia es que Luis Enrique nació en Asturias. Cuna de lo que hoy es España.

“Estoy orgulloso de ser asturiano, gijonés, español. Orgulloso de vivir en Cataluña. El resto, puedo llegar a entender la mala intención, pero se me resbala. Debe ser la primera vez que acusan a un gijonés (de antiespañol)...”, dijo.

“Me considero gijonés, asturiano, español. Y también catalán”, reiteró Luis Enrique.

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